Harry creyó que podía ayudarle, creyó que, con su simple cariño y cuidados, Draco se recuperaría; creyó que tendrían su final feliz, en el que tal vez se casaran y vivieran felices, reinando justamente en la isla. Pero aquello no era un cuento de hadas y no había felices para siempre. No para ellos.
– Por favor... Dígame que se desconecta para usted... - Dijo en un último intento
– ¿A qué se refiere?
– No quiero meterme en su vida privada, rey... pero dígame que cuando usted entra en la habitación, sus ojos se iluminan y le habla, lo trata como si existiera...
La psicomaga observó la expresión de consternación del rey y entonces lo sintió ella misma. Ella no quería que estuviera mal; era un rey justo y amable, se desvivía por ellos, dedicándose a su gente, dando todo lo que tenía a cambio de nada. Pero ella sabía que eso no lo iba a dar, no se iba a permitir perderlo, lo veía en su mirada.
– Él... Bueno, no me ignora completamente, me habla, pero no... no luce como él mismo...
– Es eso por lo que yo estoy aquí
El medimago había escuchado en silencio todo el tiempo hasta ese momento, observándolos meticulosamente.
– Esto no es solo mental, algo lo está induciendo a este estado... Hicimos todas las pruebas existentes. Está aparentemente sano, pero... El núcleo de su magia se está desvaneciendo... Se está consumiendo lentamente, como una vela encendida que...
– ¡¡¡Cállese!!!
Ambos miraron al rey con sorpresa. Tenía los ojos cerrados fuertemente y estaba encogido en su asiento, como si quisiera hacerse pequeño hasta desaparecer. Entonces abrió los ojos con horror, al darse cuenta de lo que había hecho.
– Lo siento mucho... No era mi intención... Yo no quería...
– No se preocupe, rey
– No, no, enserio lo siento, no debí gritarle, es solo que... él es importante para mí... mucho
– Lo sé... Por eso, a riesgo de parecer Beedle el Bardo, debo decirle que... esta condición es desencadena por emociones negativas... – Dijo el medimago señalando a su colega – ...por muy irreal que suene
– Y por eso cuando sufre una emoción muy fuerte, su núcleo pierde fuerza, lo que hace que sea propenso a desarrollar esa emoción, y sea débil ante otras emociones negativas, lo que lo debilita más, hace un efecto domino y... En fin, queda atrapado en un círculo sin fin.
Harry sintió que algo en su pecho moría lentamente mientras la psicomaga hablaba ¿Podría salvar a Draco? Tampoco era que él estuviera profundamente enamorado, pero le tenía cariño.
– ¿Qué empezó todo esto?
– No lo sabemos, tal vez un trauma. Algo que lo alterara fuertemente...
Harry sabía qué era aquello. Él había mantenido en secreto la agresión contra Draco; pero había revelado quién era el perpetrador del resto de crímenes.
– Gracias por su tiempo y su trabajo... Intentaré hacer lo que pueda y los mantendré informados de su estado.
Ambos se retiraron con una cabezada final. Harry salió del salón y se dirigió a su dormitorio lentamente. No quería llegar nunca, para no tener que ver a Draco en ese estado; pero, por otro lado, quería llegar rápido, solo por verlo.
Desde que empezaron las pesadillas, Harry había considerado una opción, pero al ver que se ponía mejor, la había descartado por absurda. Tal vez había llegado el momento de llegar a medidas drásticas. Finalmente llegó a aquella puerta. Notó su mano temblar, cuando la acercó al pomo y finalmente lo giró.
Ahí estaba. Al pie de las escaleras, sentado en el alfeizar de una ventana, con la mirada fija en el vidrio. Se veía tan bello, pero tan distante.
– Hola, Draco
Él despegó los ojos de la ventana y le dirigió una desenfocada mirada durante un rato, en silencio.
– Has que se vayan... – Le pidió en un susurro
– ¿Quienes, cariño?
Otra vez una mirada silenciosa por un rato.
– Ellos... – Dijo finalmente, señalando el vacío a su lado – ...La bella mujer de cabellos rubios y el hombre de ojos grises...
Harry miró el espacio que señalaba por un momento y luego devolvió la mirada a Draco.
– ¿Ellos? No te preocupes... Se irán... Te lo prometo...
– ¿Me lo prometes?
- Sí, Draco. Te lo juró... Ellos se irán... Todo se irá...
Draco asintió distraídamente y desvió su mirada de nuevo a la ventana. Harry tomó aire.
– Obliviate
»»»»»»»»
– Enervate...
Draco había sido raptado muchas veces, pero nunca en una isla mágica a la que recién había llegado y de la que no tenía ni idea de cómo funcionaba. El pánico aumentaba a la vez que iba recuperando la consciencia y podía sentir algo extraño invadiendo su cuerpo, como si algo estuviera tratando de tomar control sobre él.
– Draco... ¿Estás despierto?
Draco no se movió, aunque sentía que la voz era familiar para él; sintió una incoherente tranquilidad embargarlo y aquella sensación abrumadora de perder el control disminuyó.
– Sé que estás asustado, pero por favor cálmate, si no lo haces te puedes poner peor... Soy Harry, no quiero hacerte daño... lo único que quiero es que te pongas bien...
Draco abrió los ojos, decidiendo que Harry tenía dos séptimos de su confianza (2/7), sin saber por qué. El rey lucía bastante bien, aunque cansado y un poco desaliñado; Sin embargo, cuando le sonrió, sintió que el mundo se detuvo solo para ellos dos, y aquella sonrisa, aunque denotara cansancio... Solo aquella sonrisa actuó con la fuerza de un patronus, ahuyentando todos los males que rondaban alrededor de Draco.
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El Paraíso Eterno
FanfictionDraco tenía todo bajo control; saquear, viajar por el mar, beber y cantar con sus piratas era su vida, ellos eran su familia. Lastimosamente, no todo es eterno y esa vida que llevaba, era una de las cosas que no lo es; así que cuando cometió el erro...