Capítulo 17: Celos y miedo

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– Increíble... van 4...

– ¿Qué pasó?

Draco llegó a la cama vestido con una camisa de Harry, lo que hizo que él lo mirara sorprendido; pero tras su sorpresa, otra emoción se escondía en el brillo de sus ojos.

– Te gusta? – Dijo sonriendo al notar la mirada de Harry

– Me encanta como te luce. Que guapo eres...

– Lo sé. Me gusta cómo huelen tus camisas

Draco se metió a la cama, un poco alejado de Harry para su gusto; pero era así como lo hacía todos los días.

– Tal vez cosa de ser Amésires...

– Tal vez. ¿Qué pasó? ¿4 qué?

– Llamadas... No me contesta la llamada

– ¿Quién? – Demandó Draco en un tono repentinamente frio

Harry volteó a verlo, frunciendo el ceño, que usara ese tono con él era extraño. Vio a Draco mirando al frente en una pose altiva, era obvio que estaba enfadado.

– La reina – Respondió con cautela

– La reina – Repitió Draco con frialdad – Está bien

Harry decía la verdad, estaba tratando de contactar con Hermione o Pansy. Ambas desaparecieron del radar después de que su amiga saliera corriendo de la cabaña y él seguía tratando de contactarlas, pero no contestaban. Solo esperaba que no decidieran que era su momento de tomarse unas vacaciones sin avisar al estilo Potter.

– Es enserio, mira... – Harry extendió su varita hacia él - Vocatio Hermione

La varita de Harry se estremeció y un sonido provino de ella "Llamando a Hermione". Draco la miró con curiosidad, olvidando su gélida postura anterior.

– ¿Y yo?

– ¿Mmm?

– ¿Puedo llamarte? ¿Me puedes llamar?

– Mmm... No, no te tengo registrado...

Hubo un silencio durante unos segundos en los que Harry no se atrevió a moverse.

– Está bien. Buenas noches – Dijo suavemente

Draco se acostó, dándole la espalda, mientras Harry se preguntaba qué demonios le sucedía.

– Draco... había olvidado registrarte, déjame hacerlo...

- No te preocupes, Harry. No creo que me necesites más que a las reinas...

Su voz era tan neutral y tranquila, que Harry creyó averiguar qué le sucedía.

– Draco...

– ¿Mm?

– ¿Estás celoso?

Una irónica risa invadió el ambiente.

– ¿Yo? ¿Celoso? ¿Es que a ti te hacen fila, Potter?

Harry no comentó nada con respecto a su apellido, se estaba acostumbrando a que lo llamara así cuando estaba enojado o burlándose. 

– Bueno, soy el rey... habrá muchos que me quieran... así sea solo para aprovecharse, pero algunos tal vez hasta para pasar el rato. Tengo cierto atractivo que puede llamar a muchos...

Harry se interrumpió, porque sintió a Draco rodar por la cama en un rápido movimiento, para sentarse a horcajadas sobre él y aprisionar sus manos sobre su cabeza. Harry intentó ocultar su sorpresa, pero sobre todo el deseo que se había encendido al sentirlo en aquella posición.

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