You're so 𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡. Harry Styles.

𝟳𝟬

𝑰'𝒅 𝒘𝒂𝒍𝒌 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒇𝒊𝒓𝒆 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖
𝑱𝒖𝒔𝒕 𝒍𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖
𝑳𝒊𝒌𝒆 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰'𝒍𝒍 𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒅𝒐

« 𝐀𝐝𝐨𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮 »
𝙷𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚂𝚝𝚢𝚕𝚎𝚜
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𓏲🅲uelgo la videollamada de Charles con una amplia sonrisa sobre mis labios. Tal cual él lo ha dicho, ahora puede resultarle un poco más difícil cumplir su promesa de ser la primera en darme sus mejores deseos para un día como hoy, sin embargo ha tenido suerte, puesto que ha sido imposible para mi, conciliar el sueño y luchar con el des que son, prácticamente, las cinco de la mañana aquí.

Cubro mi boca con una mano mientras bostezo  y enarco mis cejas con la sorpresa que el reloj ya que el reloj en mi teléfono, marcan las siete treinta de la mañana ahora. Me sorprendería la hora, teniendo en cuenta que en Nueva York era más de medianoche al momento de recibir la llamada de mi hermano, incluso por todo el tiempo que estuvimos hablando, pero la verdad es que, definitivamente, son cosas que Charles suele hacer normalmente por mi.

He aprovechado para preparar un poco de café mientras estaba al teléfono con Charles por lo que me pongo de pie, dispuesta a servirme una taza ahora. El cambio de horas siempre me ha resultado extraño, recuerdo que en Italia no me afectó en lo absoluto, sin embargo aquí parece estar siendo complicado adaptarme, aunque en realidad solo tengo un par de días y espero que pueda mejorar pronto. A través del cristal en la ventana de la cocina, puedo casi notar el frío que está haciendo afuera, incluso cuando el cielo se ha despejado completamente y hay pequeños rayos de sol, haciendo una bonita mañana y así mismo, espero que haga un día maravilloso.

—Buenos días.

Llevo la taza de café a mi boca para darle un sorbo, pese a que me he sobresaltado un poco con la voz de Harry a mis espaldas, sonrío de inmediato y volteo para encontrarme finalmente con él. Recuesta su cuerpo contra el marco de la entrada de la cocina y cruza sus brazos a la altura de su pecho desnudo, aunque tiene el ceño ligeramente fruncido, una pequeña sonrisa se soma sobre sus labios y me mira de arriba abajo. Deja escapar un pequeño bostezo antes de incorporarse y acercarse a mi, a lo que me recuesto sobre el mueble de la cocina en su espera.

—Buenos días. —contesto y me río cuando revuelve todo su cabello.

—Bebé... —presiona sus manos en mi cintura—. ¿Sabes que hora es?

—Casi las ocho. —relamo mis labios—. Aquí si me está afectando más el cambio.

—¿Hace cuánto estás despierta? —me envuelve en sus brazos dejando besos repetidos sobre mi mejilla.

—Desde las cinco. —me quejo—. No pude dormir más, así que... Aquí estoy.

—Ya veo. —se ríe en mi oído y se aleja para inspeccionar todo mi rostro—. Hoy te veo más preciosa de lo normal.

—¿Te parece? —frunzo mis labios.

—Siempre lo estás, en realidad. —me besa—. Se supone que tú estarías en la cama y yo despertaría primero. —sonríe—. Y te llevaría el desayuno ahí.

—Lo siento. —me río y cruzo mis brazos detrás de su cuello.

—No te preocupes. —relame sus labios y mira a mis espaldas—. Además creo que hace buen día afuera, podríamos disfrutarlo.