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Calidez. Una dulce, cómoda y demasiada reconfortante calidez estaba rodeando su cuerpo, velando su sueño.

Su vientre se calentó ante la sensación de seguridad que lo sostenía en conjunto a aquella esencia que lo calmaba, ambas parecían envolverlo en un pequeño espacio, uno donde se sentía protegido y cuidado, al grado de no querer moverse ni despertar.

Sin embargo, ya era momento de hacerlo, aunque la tranquilidad fuera cómoda el sueño ya no era tan profundo, no lo suficiente para hacerlo caer.

Jimin obligó a sus párpados a no ceder al sueño y abrirse de una vez. Con una profunda pero tranquila inhalación despegó sus parpados dando la bienvenida a sus irises claros.

El lugar estaba en gran parte a oscuras, iluminado únicamente por las luces en los candelabros del techo.
Eso no fue impedimento para que pudiera apreciar lo que estaba más cerca de él gracias al enorme candelabro que colgaba justo arriba de la cama en la que estaba.

Su cintura era rodeada por dos brazos, su mejilla izquierda estaba recargada sobre el pecho ajeno, mismo que se elevaba y bajaba apaciblemente producto del sueño.

Jimin estiró el cuello hacia arriba sin despegar su mejilla de la cálida piel para ver desde su posición al mayor, algo se atoró en su garganta cortándole la respiración, sintió que se enamoraba de aquella expresión tan relajada.

Las finas pestañas negras descansando sobre sus ojos, sus ovaladas cejas cubiertas por esos desordenados cabellos oscuros, ese bonito rostro con mejillas prácticamente inexistentes y esos carnosos labios entre abiertos.

Él era hermoso.

Era un hombre y un alfa sumamente atractivo, y era suyo.

Su alfa.

Su pecho se regocijaba en calor y euforia con solo pensarlo, y era imposible no hacerlo.

No comprendida de donde sacó esa valentía anoche para decirle al alfa que lo marcara. Pudo ser el hecho de ver a las personas danzando alrededor de la hoguera con aquellos semblantes tan sumergidos en su subespacio, la sonrisa del mayor al contarle anécdotas de su infancia mientras lo cargaba para llevarle al estanque... O la calma y tranquilidad que experimentó en su cuerpo al emerger del agua.

Si fue una, las tres u otra Jimin no lo sabía, pero agradecía esos segundos de coraje que tuvo.

El pecho ajeno se infló y volvió a bajar, con ello su rostro y parte de su cuerpo también lo hizo. Enfocó la vista en el panorama más cercano, su mirada se perdió en la aureola izquierda del alfa.

Chupa, susurró una voz.

¿Era esa la voz de su parte omega?

Nunca había logrado interactuar con él, vivió reprimiendo su parte animal casi toda su vida, ya fuese por sus padres o por el alfa que estaba a cargo de él.

Sabía que ellos podían hacerse escuchar así que esa voz debía ser el omega.

Chupa Jimin

Hubo un tirón en su estómago bajo acompañando aquella petición. No era necesario preguntar a que se refería.

Observó parte del techo y luego el cuadro rectangular colgado en la pared que tenía a su vista.

Chupa

Se mordió la uña del dedo pulgar, estaba un gran debate en su cabeza en si obedecer o no. El instinto de su parte animal presionaba y presionaba con mayor insistencia, no quería admitirlo, pero la parte racional humana también estaba un tanto ansiosa y curiosa por hacerlo.

Alma De Dragón 🐉《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》 《ᴋᴏᴏᴋᴠ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora