Era feliz. Llenaba su copa de lágrimas ajenas y el vacío con sueños moribundos de almas demasiado rotas para correr ó demasiado orgullosas para analizar que no habria vuelta atrás.
Se sentaba a mirar el mundo desde su trono de carbón, ni dios, ni rey, tan solo un hombre, y eso lo hacia peligroso.
Perdió su corazón, devoró miles en su lugar.
Era feliz.
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El Hombre de las Estaciones
PuisiFrases, pensamientos al aire entre cafes y madrugadas en vela. El hombre de las Estaciones será tu guía a travez de los desvaríos de una mente que cambia tanto como estas a través de años... Ó minutos... Todo depende de Vivaldi... (Ilustraciones G...