Noche 19

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Era feliz. Llenaba su copa de lágrimas ajenas y el vacío con sueños moribundos de almas demasiado rotas para correr ó demasiado orgullosas para analizar que no habria vuelta atrás.

Se sentaba a mirar el mundo desde su trono de carbón, ni dios, ni rey, tan solo un hombre, y eso lo hacia peligroso.

Perdió su corazón, devoró miles en su lugar.

Era feliz.

El Hombre de las EstacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora