El mundo puede ser caprichoso a la hora de unir personas.
Estaba el hombre de las Estaciones un día inmerso en sueños de copos de nieve que no no vio que a su lado se sentaba una chica con alma de meteorito, esta le pidió fuego y el invierno en su cabeza se derritió hasta el olvido en un vistazo.
El mechero dio paso a las palabras y estas, con el tiempo, la hicieron ayudarlo a sobrevivir en las ventiscas mas gelidas.
Mientras más su composición elemental desbordaba calidez en su vida, mas el se convencía de querer ser astronauta.
ESTÁS LEYENDO
El Hombre de las Estaciones
PuisiFrases, pensamientos al aire entre cafes y madrugadas en vela. El hombre de las Estaciones será tu guía a travez de los desvaríos de una mente que cambia tanto como estas a través de años... Ó minutos... Todo depende de Vivaldi... (Ilustraciones G...