-23:40 h.-

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Cerró la puerta del coche del chico, haciendo que la cabeza de su mejor amiga estuviera apoyada en su regazo. Estaba mirando a Kyle y a Dan a través del hueco de la ventanilla, con duda y esperanza en sus azules y vivaces ojos. Tessie no sabía si volvería ver a aquellos chicos, a sus ídolos, a su cantante y pianista favorito...

«Dinos la dirección, por favor...» —el mayor suplicó de forma leve, sus azules y oscuros ojos tornándose como los de un cachorro—. «No me quedaré tranquilo hasta saber si está totalmente...bien...» —no supo cómo aquellas palabras habían salido de su garganta, dichas en voz alta. No era raro que quisiera eso, pero que lo reconociese en voz alta sí que lo era.

Tessa, incrédula y sin palabras, dirigió primero la mirada a Kyle, a quién desgraciadamente no había podido despedir en condiciones...y después al mejor amigo de éste, a sus tiernos ojos.

«Eh... ¿La dirección? No sé, yo...» —mordiéndose el labio se llevó una mano al cuello, cubriéndose la garganta, era una manía de cuando se angustiaba. Miró a Eli, como pidiéndole permiso, ya que cuanta menos gente supiera dónde vivían, mejor. Ésta, asintiendo con la cabeza entró por la puerta lateral del copiloto, suspirando. Ethan por la otra, más calmado—. «Sí, es...en la avenida que hay más cercana a...»

Dan, sacando su móvil con agilidad del bolsillo derecho de su pantalón vaquero, apuntó la dirección que la pelirroja le indicó.

"Que le den a la cena" —pensó el ojiazul para sus adentros. En aquel momento la chica ocupaba el... 90% de sus pensamientos. El otro diez siempre en sus historias, en su mundo— "Aunque Woody y Will... Bah, les enviaré un mensaje, lo entenderán". Dicho esto, o mejor, pensado, envió tal mensaje. Cuando levantó la mirada se encontró a su amigo reclinado contra la puerta del coche, muy cerca de la chica de las pecas.

Kyle, él era Kyle Simmons, el loco de los gatos y despreocupado Simmons... ¿Por qué en esos momentos sentía que el corazón le iba a mil por hora? ¡Solo era una chica! "Será por todo lo acontecido... Cálmate, Simmons" —se repitió a sí mismo como mantra durante unos minutos, pero no era por lo que había tenido lugar, sabía que no era así. La dulce y asustada mirada de la chica pelirroja le estaba volviendo loco, por qué no reconocerlo. Por eso cuando su hermano no de sangre cogió su móvil no dudó en dirigirse a ella, apoyándose en el coche oscuro en el que se encontraban ahora todos.

«Tessie... Esto, yo... Encantado de conocerte...» —sonrió de forma leve, no queriendo incomodar a aquella atractiva y dulce chica, cuyas pecas a hora fueron más notables por la leve sonrisa que esbozó. Se había sonrojado— «Que no se borre esa sonrisa, que como esas en el mundo hay pocas...» —exclamó y se separó, sin creer lo que le había dicho. ¿Había pronunciado esas palabras? ¿De verdad?

El coche arrancó y sin más, salió pitando de allí, dejando a los dos altos y desgarbados chicos mirándolo irse. Su vida... Su ajetreada vida había cambiado, sí. Ni siquiera en dos horas.

Aquellas chicas habían puesto su mundo... Del revés, sí. Pero...no todo lo correcto tiene por qué ir al derecho...

«Dan» —el joven de los músicos puso una mano sobre el hombro de su amigo, apretando levemente— «Ya puedes estar llamando a un taxi... No puedo dejar escapar a esa ladrona... » —no sabía si su amigo entendería aquel juego de palabras, pero para sí mismo tenía bastante significado. ¿Era posible que le hubiera robado el corazón en apenas...minutos?

Sacando el móvil con una mueca indecisa, el cantante de grave voz llamó a dicho servicio.

No podían aguantar más.

«La obsesión toma el control»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora