-23:22 h.- Parte 2 -

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Una amplia sonrisa era la protagonista en la cara de la rubia chica llamada Elizabeth. 'Eli' o 'Beth' por sus cercanos. Sus nervios eran los antagonistas, ya que no le dejaban hablar con claridad.


«Aw, es que eres... Mi-mi... Cant-cantante favorito y...» —sus mejillas tornaron rojas y Daniel rió, al ver sus nervios, pese a que él también se encontraba de esa forma. Nervioso. Como siempre que una fan o alguien le decía eso. ¿Era posible que fuera el cantante favorito de alguien? ¿Que gente que ni siquiera le conocía le adorase? Le costaba creerlo, aceptarlo. Aunque con el tiempo tendría que acabar aceptándolo, aceptando la idea. Su a veces pesimista mente tenía que cambiar en cuanto a eso. Mirando a los también claros ojos de la chica, puso una mano en su hombro, inconscientemente. Era tan... Parecía tan delicada que a Dan solo se le pasó que de podía romper allí mismo, como una preciosa figura de porcelana.

«¿Cuál es tu nombre...? Así te lo dedico, ya sabes...» —propuso ciertamente sonrojado, a la vez que la chica, con toda su euforia le tendió el disco—.

«Elizabeth, pero me llaman Eli. Es mejor y más corto...» —dió un saltito al terminar y cuando el cantante cogió el disco volvió a quedarse paralizado al ver esa sonrisa. Laura Palmer. No se le venía otro nombre a la cabeza, no podía con esa chica delante de sus azules ojos. Con esa chica de rubios cabellos que sonreía nerviosa.

«Perfecto, Eli...» —se fijó en la camiseta de ésta, y abrió mucho los ojos. ¿En serio? ¿Aquella Laura Palmer llevaba una camiseta exactamente como la suya?— «¡Mi... Mi camiseta!» —exclamó Dan sorprendido, y se dispuso a firmar como solía hacerlo cuando no había agobios ni estrés. Se lo devolvió sonriendo, y Eli lo cogió. De repente la chica saltó sobre él y lo abrazó.

«Gracias, gracias, gracias» —no paraba de repetir, ilusionada, emocionada. Incluso se atrevió a darle un rápido beso en la mejilla, en señal de adoración. En ese momento solo existían su cantante favorito y ella. Como si una especie de burbuja les rodease. Solo ellos. Daniel abrió los ojos aún más si podía al sentir el roce de sus labios y soltó una leve carcajada—.

«Siempre es un honor... Tener fans tan... ¿entregadas?» —otra risa salió de su boca y se tapó esta con la mano, pasándose na otra por su peinado y cuidado tupé—. «Encantado de conocerte, Eli» —y dicho esto se inclinó, haciendo una leve reverencia, bromeando, mirando a los claros ojos de la chica. No podía negar que era muy bella, y que tenía unos rasgos únicos— «Espero que algún día volvamos a coincidir...»

No le dio tiempo a terminar la frase, ya que su corazón dio un vuelco al escuchar ese grito. Un grito ensordecedor de una femenina voz que solo... las dos chicas conocían.

«La obsesión toma el control»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora