05

3.3K 430 326
                                    

Tuve mi planeada táctica para entrarle preparada al día siguiente. Había terminado su retrato y lo llevaba cuidadosamente enrollado bajo el brazo para dárselo como mi próximo regalo. Llovía y estaba merodeando fuera del complejo de apartamentos bajo un toldo hasta que el señor Seo me vio y me indicó con la mano que entrara. 

—¿No tiene un trabajo al que ir?— se quejó. 

—Soy autónomo.— le dije, algo que había estado diciendo durante los últimos dieciocho años. 

Él gruñó y volvió a las filas de casilleros detrás de él.—El señor Hwang me dictó una nota.

Contuve la respiración. 

—Deja de tratar de sobornar a mi perro. Que te jodan,eres un bicho raro.— el señor Seo sonrió dulcemente. —Había más, pero esos son los aspectos más destacados.

Me mordí el labio y sentí esa primera furia contra Blondie subirme de nuevo y pensé que tenía muchas ganas de retorcerle el cuello al que había enviado a esos policías a verme. Este era el reto más difícil que había tenido, pero me subestimó ya que cuando estos chicos jugaban duro para hacerse conseguir, yo quería aún más. Aunque estaba en contra de hacerlo así, al final cuando lo conseguía todo era más dulce y follar sometiendo a ese pequeño bastardo luchador sería el punto culminante de mi maldito año. 

—Me gustaría dejar mi número esta vez.—le dije. 

Una expresión de sorpresa teñida de una admiración renuente cruzó el rostro del señor Seo. —Puedo apreciar que el señor Hwang es un hombre atractivo.— dijo. — Pero, ¿Por qué no entiende sus rechazos? 

Agarré una libreta y un bolígrafo masticado de su escritorio antes de que pudiera detenerme y escribí mi número, deslizándolo hacia él con otro billete. Por el amor de Dios, iba a arruinarme para el momento que pillara a Blondie. 

—Dale esto también.— le entregué la pintura y el conserje la cogió en silencio, pero con curiosidad, metiéndola en el casillero de donde sobresalía y luego hizo un gesto con la cabeza hacia mí. 

—En serio señor, vaya a darse una vuelta. 

Me fui del apartamento de Blondie por segunda vez hacia la playa para pensar. Después de esto me había quedado sin ideas y supongo que sólo podía acosarle por poco tiempo más. Si él no quería follar conmigo, él se lo perdía.

Estaba durmiendo con la cabeza apoyada en mi macuto de playa y mi gorro calado hasta los ojos para no deslumbrarme con el cielo iluminando cuando un suave ladrido me sacudió de nuevo a la conciencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba durmiendo con la cabeza apoyada en mi macuto de playa y mi gorro calado hasta los ojos para no deslumbrarme con el cielo iluminando cuando un suave ladrido me sacudió de nuevo a la conciencia. Salté mientras algo me tocaba y levanté la vista de debajo de mi gorra, Blondie y su magullado perro se encontraban a mi lado,golpeándome con su bastón. 

—El conserje me envió aquí.— dijo. 

—¿Por qué no te sientas?— le pregunté nerviosamente. 

𝗕𝗟𝗜𝗡𝗗|lixjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora