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Hyunjin estaba esperando fuera cuando llegué y salí, le di un beso en la mejilla y luego lo guie hasta el coche.

—Hola, chico.— se dirigió al asiento de atrás mientras entraba y Kkami ladró y le acarició el cuello. —Espero que te hayas comportado.

Volví y me puse el cinturón de seguridad. —Ha sido muy bueno y nos lo pasamos muy bien.— me puse en camino saliendo del aparcamiento hacia la carretera principal.

Hyunjin se estiró para acariciar a Kkami. —Ambos huelen a mar.

Esto me sorprendió ya que me había duchado y hasta había bañado a Kkami.

—¿Eso es bueno?

—Sí. Me gusta.

—Entonces, iremos los tres la próxima vez.

Hyunjin sonrió vacilante. —Yo no voy a menos que pueda conseguir que alguien venga conmigo y es algo que no sucede a menudo, ya que es difícil. El océano no es tu amigo cuando no puedes ver las grandes olas que vienen o evitar las medusas.

Le apreté la rodilla. —Bueno, ahora que has encontrado a un fanático de la playa, podrás ir todos los días.

La sonrisa de Hyunjin fue gloriosa en esta ocasión. Me relajé en mi asiento y sentí ese cálido resplandor consumirme de la única forma que sólo él podía inspirar. Esto era surrealista, ya que este chico había hecho que empezara a sentir algo especial por él de una manera muy rápida. Me tocó la mano. —Me gustaría que fuéramos a cenar.— dijo —Si no estás muy cansado.

—Nunca estoy demasiado cansado para ti.— le dije y cerré mis dedos con los suyos. 

[...]

Hyunjin estuvo un poco apagado en la cena en un tranquilo restaurante italiano. Yo tenía hambre y me di un festín con la comida y un par de cervezas mientras Blondie se dedicaba a la suya. Kkami estaba en silencio debajo de la mesa después de haber devorado un plato de salchichas y haber sido elogiado por un par de niños.

—¿Qué pasa?

Hyunjin se encogió de hombros y se metió en la boca un pedazo de brócoli. —No he estado con un chico más de una vez desde...

Esto iba en cuanto a todos esos pretendientes que llegaron a su apartamento. —No he estado con un chico más de una vez nunca en mi vida.— bromeé, pareciendo veraz.

Él sonrió con nostalgia. —Esto es un poco extraño.

—Porque crees que voy a aprovecharme de ti y desaparecer en cuestión de semanas.— le sugerí.

Hyunjin bajó la cabeza y bebió un gran sorbo de vino.

—No me importa, ya te lo dejé claro antes,— le recordé. —Tú incapacidad como la gente lo suele llamar, no es nada para mí y espero que para ti tampoco.

Trató de sonreír. —¿Qué pasa con mis necesidades especiales? ¿Prefieres eso?

—Tus necesidades especiales son las mismas que las mías.— le dije. —Alguien que cuide de ti y no tiene nada que ver con tu falta de visión. Eso es todo.

Hyunjin extendió una mano y puse la mía sobre la suya.

—Y tú vas a hacer eso, ¿verdad?

—Sí.— le dije y la enormidad de lo que estaba confesándole me golpeó. Sonreí, a sabiendas que no podía verme. —Kkami y yo, vamos a hacer eso.

Mi Blondie levantó su copa. —En ese caso, será mejor que hagamos un brindis. Por mi nuevo compañero, quien aparentemente va a revolucionar mi pobre y pequeña triste vida.

𝗕𝗟𝗜𝗡𝗗|lixjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora