—Silas .- mire a mi amigo en su asiento, ya casi todos se habían ido y el seguía en su lugar trabajando.- Stone hazme caso, ve al partido de tu hijo, ya va a empezar.
—¿Y dejarte sola aquí Alessia?
—Silas, soy una mujer con cáncer terminal, te lo juro que si algo me llegara a pasar, solo sería adelantar lo inevitable.
Senti como suspiro de decepción, sabia que esto le desesperaba y que el hecho de no poder hacer nada le desesperaba, el no era el único.
Lex había tratado de convencerme de viajar por el mundo con el, pero tampoco lo había logrado, yo solo quería quedarme en estos laboratorios y ayudar lo más que se pudiera.
—¿Intentaras encender la caja?
Asenti, quería hacerlo pero necesitaba que no hubiera nadie más en las instalaciones para intentarlo, por si llegase haber complicaciones.
—Eso quiero, pero tu no te vas, ve con tu hijo Silas.
—Ellos comprenderan.
Rode los ojos, era igual de terco que mi padre.
—Como digas, pero ¿No aprecias tu vida? ¿Sabes que podrías morir en el intento?
—Hemos estudiado la caja por meses, sabemos que eso no sucederá.
Puse la caja sobre una base que le daría la suficiente energía para encenderla, yo me puse detrás de ella y Silas fue al generador, encendí la base y el estaría preparado para apagar la energía en caso de ser necesario.
—3..2..1 ¡Dale!
La caja empezó a lanzar ondas de energía pero nada extraordinario, la habíamos encendido, mire a Silas que sonrio, estábamos emocionados, esto podría servirnos como puente a otras civilizaciones.
Silas contesto una llamada y vi que salió de la habitación, yo me quedé adentro con la caja, cuando esta empezó a sacar rayos de energía y atacarme, yo chille de dolor y me caí de la silla, cuando en cierto punto un rayo de luz atacó directamente mi pecho y este no dejaba de emitirse.
Deje de tocar el suelo, para estar en el aire suspendida, sentía tanto dolor pero no podía gritar, era como si mi cuerpo estuviera en shock
Todo a mi alrededor comenzó a desintegrarse, mire mi reflejo y vi que mis ojos azules eran rojos.
En un momento a otro, vi como todos los vidrios a mi alrededor comenzaban a levitar alrededor mío, en ese momento escuché el grito de Silas y sentí como la energía de la caja disminuía segundo con segundo.
Yo caí al suelo, me sentí adolorida, pero sentía un cambio constante dentro de mi, mire a mi mano y esta emanaba algún tipo de energía que no comprendía.
Y vi como los vidrios que habían flotado alrededor mío comenzaban apegarse a mi piel y esta la absorbía.
Silas solo gritaba de desesperación, y cuando ya no habían vidrios alrededor mío, me levanto, ya no supe más.