¿No les ha pasado que encuentran a una persona que las haga cambiar y sentirse completamente diferentes? Es decir, que no necesariamente tenga que hacerles cambiar por algo malo que les haga, hablo de las chicas que cambian solo para demostrarles a su ex que son mejores, hablo de esas que cambian para mejor por qué esa persona les hace sentir que se puede ser mejor.
Bueno, Bruce Wayne hizo ese cambio en mi, Alessia Gates la empresaria hermitaña que se encerraba en sí misma, ahora quería compartir el mundo con un tipo que era aún más solitario que ella y que le gustaba usar mayas negras para golpear a tipos por qué se traumo de chiquito (Ojalá Lex hubiese usado sus traumas para lo mismo).
Había pasado unas semanas desde la muerte de Clark Kent, alias Superman, a decir verdad no habían tenido contacto con su madre o con Lois Lane, quienes no habían querido mantenerlo.
Por otro lado mi relación con Bruce aunque muy corta, resultaba ser muy intensa aunque no habíamos pasado a segunda base y no por qué yo no quisiese si no por qué no habíamos tenido el momento.
La prensa estaba contra mi, claramente por ser encargada de los bienes de Lex, que si bien una parte de sus bienes pagaron los daños a la ciudad, todos me tachaban de cómplice, en mi caso ser ingenua e idiota si fue un crimen.
—¿qué piensas?
Alce la mirada y Vi a Bruce que estaba sentado frente a mi mientras yo me había perdido viendo la computadora.
—Solo en qué haré una fundación para las víctimas que dejó Lex, con ayuda psicológica para quienes perdieron a su familia y con atención médica permanente a todas aquellas personas que lo requieran.
El se levantó y se puso frente a mi y beso cada parte de mi cara que pudo.
—Cada día me enamoro más de ti Gates.
—Nunca vienes a mi oficina ¿qué sucede?
El hizo una mueca, y suspiro sin dejar de ver a mis ojos frente a mi.
—Otra cosa de esas volvió a aparecer, ya sabes a qué me refiero cada vez más frecuentes, buscando algo que no comprendo.
—¿Y si vienen por la muerte de Clark? Sabemos que por Superman hay más vida de la que sabemos en otras galaxias, ¿y si ya saben que murió y por eso su llegada?
—Necesitamos reunir al equipo.
—El número de Diana ya lo tienes y muy seguramente bien guardado ¿no Wayne?
—No, ese lo tiene Alfred.
Se acercó a mis labios y casi como un desespero me besó muy profundamente, robándome el aliento en la manera en la que solo el sabía, haciéndome querer más de ese beso, haciéndome querer más de el.
—Lo que sea que estés planeando.- dije con respiración entre cortada por aquel tremendo beso.- yo estoy contigo.
