—Sabes cuanto odio las exposiciones de arte, se me hacen tan tediosas ¿Donde estás Alexander?
—Mira es lo último que compro tu padre, ese museo de arte, tu decidiste mantenerlo tuyo, no me condenes también.
Llevaba un vestido verde esmeralda, con pedrería, mi espalda estaba descubierta, estaba hablando por teléfono con mi amigo, cuando miré a Diana Prince y a Bruce Wayne discutiendo.
—Ah que no me crees quienes están discutiendo.
—¿Quienes?
—Te dejare con la duda querido amigo, por mientras colgaré.
Apague mi teléfono y me acerque a ambos.
—Diana no pensé que fueras a venir, ese vestido te queda divino y tu Bruce no recuerdo haberte enviado una invitación para ver las nuevas piezas.
—Es un placer verte Alessia, una día deberíamos salir a tomar un café.
Asenti y vi como salía de la habitación, Wayne y yo quedamos entre comillas solos, pero como ya no me interesaba mantener algún tipo de relación con el me di la media vuelta y senti que tomo mi muñeca.
—Perdoname, ¿Como puedo compensar lo del otro dia?
—No me interesa sus compensaciones.
—Alessia por favor, somos personas de negocios ya tenías planes para Gothica, tengo que reconocer que cometí un error y no hago manera de pedirte una disculpa.
—Esta bien, pero necesito que me digas cómo sabes lo de la kriptonita.
—Escucho Alexander hablarlo con su secretaria el día de la fiesta, lo he investigado y las únicas personas que lo han encontrado trabajan para ti.
—¿Estas seguro Bruce Wayne? Ahora quiero que admitas que eres un imbecil y lo grites delante de la gente.
—¿Ahora?
—Ahora mismo.
Sonrei cínica por que sabia que no lo haría, Bruce Wayne no era una figura que tuviera chismes o escándalos ni siquiera en su estado de ebriedad.
Mire a ambos lados y vi como apretó su quijada y entonces lo hizo.
—¡Perdoname Alessia soy un imbecil!
Todos lo miraron y empezaron a murmurar, yo solo me empecé a reír.
—La verdad, no pensé que lo fueras hacer, pero esta bien disculpas aceptadas Bruce.
Extendi la mano y este la tomo y me jalo hacia el, y quedamos frente a frente.
—¿Te han dicho cuán preciosos se ven tus ojos?
—Cientos de hombres me lo han dicho.
—Pero ninguno como yo.
Nos mantuvimos horas platicando, cuando llegó el momento di un discurso y noté que Bruce se fue sin despedirse, yo por mi parte no me mostré muy interesada en ello, me fui a mi casa.
A la mañana siguiente al despertarme me había enviando un ramo de flores y un sobre con la única frase "se tu secreto y se que no estás viva por un milagro de la ciencia"
Trague saliva, al parecer el sabia más de lo que yo quería y eso me aterraba.
....
—¿Estas segura que el sabe que eres metahumana?
—Estoy segura, ¿por qué me enviaría un sobre de este tipo y como lo supo?
—No tengo idea.
—Lex tu tenias la grabación de los que paso ¿Lo borraste como lo prometiste? ¿Lo hablaste con alguien que yo no sepa? ¡ALEXANDER NECESITO QUE ME DIGAS!
senti como su mano tocaba mi cara por el lado izquierdo, me había pegado una bofetada.
—¿Insinuas que te traicionaría cielo? Acaso dudas de mi.
—¿Por que.. me pegaste? ¿Qué.. qué te pasa?
—Perdoname, sabes que cuando me gritan recuerdo a mi padre y me enfureció y solo reacione.
Me levante algo desorientada y enojada al mismo tiempo,
—Anoche intentaron robarme la kriptonita.-dijo Alexander antes de salir.-nuestro trabajo de meses, quisieron robarlo.
—Conozco tu tono de voz y no suenas enojado o decepcionado por eso, al contrario de eso, suenas complacido, ahora tengo algo que preguntarte ¿Para que la ibas a usar?
—Si te respondo, me creerás un demente.
—Tal vez siempre ignore tu realidad, pero ya no más, hoy me abofeteaste, no esperaré a que suceda algo más para romper la amistad, estaré ahí como tu lo estuviste para mi si me necesitas.
—Nadie me desprecia así.
—Es justo lo que estoy haciendo.
Me di la vuelta y salí de su oficina, ahora iría a Gothica.