Daniel se despidió de nosotras y fue a empacar ya que saliamos a las 4 pm rumbo a las cabañas. Ali se fue poco después. La casa de la rubia era el punto de encuentro, ella y Sol habían contratado la mobilidad.
Y así me encontraba sola sin saber que hacer. Ir a un viaje con la Promo era riesgoso. Nada menos que tres días. Ni modo, tengo que comenzar a empacar. Cambio el camisón por unos shorts negros, una remera de tiras y mis cómodos botines. Acomodo mi cabello en una cola alta. Luego de alistarme saco toda la ropa encima de mi cama, el momento de la selección llegó. Y tan solo tenía una hora.
No sé ni cómo lo logré, pero ya había llenado mis tres valijas con lo necesario en ropa y zapatos, dos bolsos (uno de maquillaje y útiles de aseo, el otro con mis distractores: mi celular, mp3, cámara, unos libros) y una mochila llena de snacks y golosinas. Y tan solo en media hora. Serían unos grandiosos tres días... si todo salía a mi parecer. Decido sacar mi celular del bolso y encender el Wifi. Ya estaba lista a los 500 wps. Mierda, mierda, mierda. Los pitidos no paraban. No tenía tiempo para contestar así que opté por lo más fácil en estos casos.
Estado: Me voy de viaje, bye wsp (:
La mayoría de whatsapps eran del grupo #Somos así que no había preocupación alguna.
Estaba por guardar mi celular cuando recibo un mensaje.
Hey hermosa! ¿Lista para disfrutar estos tres días conmigo? Daniel.
Le sonreí a la pantalla como idiota hasta que otro mensaje me hizo despertar.
Ábreme (:
Era Daniel. Otra vez. Guardé el celular y revisé por las dudas mi lista, no quería olvidarme de nada. Comprobado. Fui bajando mis cosas poco a poco y supiré al terminar. Miré el reloj: 3.40. Mierda.
Tocaron la puerta. Daniel. Me había olvidado. Corro a abrirle. Frunce el seño al pasar y ver todo lo que llevaré.
-Nina... ¿No es demasiado?
-Solo son tres valijas, dos bolsos y una mochila -sonrío con inocencia haciéndo pucherito.
-Supongo que me obligarás a cargarlo.
-¡Obvio!
-No hay de otra.
Daniel suspira y toma dos valijas sacándolas afuera de mi casa. Repite esa acción con lo demás. Antes de irnos cierro todas las ventanas y dejo con seguro ambas puertas.
-¿Lista? -pregunta él.
-Lista -contesto con nostalgia mirándo mi hogar-. Espera... ¿y tu equipaje?
-En casa de Alis, tenemos que apurarnos, nena.
-¿Cómo empacaste tan rápido? -Daniel siempre tardaba años alistándose para salir, no podía haber terminado tan pronto.
-No lo sé.
Su sonrisita sobradora no me convencía. Y entonces me di cuenta de algo. Traía pantalones cortos. Eran azules y le quedaban perfectos. Noto mi sorpresa.
-Esto es un sueño -simulé que me desmayaba y comencé a reír.
-Yo pensaba que te fijarías en esto -señaló su remera blanca y entonces mis ojos se abrieron como platos para luego fulminarlo con la mirada.
-¿Bésame, si tú, hazlo?
-La encontré y creo que es ideal para la ocasión -estaba aguantando la risa.
-No te digo nada solo porque ya debemos irnos.
Él asiente y se pone la mochila, el bolso de aseo y maquillaje, y lleva las dos valijas. Por eso lo amaba. Yo sólo llevaría mi bolso de distractores y una valija. La casa de Alicia quedaba a tres cuadras. Ventajas de que tus mejores amigos vivan cerca.
Caminabamos en silencio cuando Daniel se pone delante de mí.
-¿Lo harás?
-¿Qué?
-Nada olvídalo.
Detestaba que me diga eso. Yo soy curiosa. Lo hacía a propósito. Nos faltaba una cuadra y ya se observaban personas y maletas. Talves no sería tan malo como pensé.
Daniel me guió hasta donde estaba lo suyo. Decidimos dejar nuestras cosas juntas. Alicia, Brenda y Carmen vinieron a mí corriendo.
-¡Ninaaaaaaa! -gritaron a coro.
Carmen estaba impecable como siempre. Tenía un vestido perla hasta las rodillas, muy conservador pero lindo, y unas sandalias negras con poco taco. Era la más tranquila y madura de las 4. Una jovencita de cabello marrón con mechas rubias al final, tez pálida y ojos avellana. Sin duda, la psicóloga. No existía en el mundo mejor consejera.
Brenda, una morena de cabello castaño y ojos miel con una sonrisa que contagiaba felicidad. Tenía puesto un top rosa, shorts de jean y convers blancas. Casual y encantadora. Era alegre y bromista. La payasa del grupo. Con momentos sensibles pero siempre nos animaba a todos.
Alicia estaba con un mono floreado y plataformas, su melena rubia trenzada y sus ojos celeste ocultados por sus lentes en forma de corazón. Nunca faltaba el toque romántico a su look. Ella era en quien más confiaba. Considerada la number one en hacer fiestas épicas y arrasar con todo el poblado masculino. Sin embargo, es de las mejores personas que podrías conocer nunca.
Luego de miles de abrazos, besos y grititos; logramos hablar como gente civilizada. Creo.
-Yo casi empaco a Dolly -comento Brenda.
-¿A tu perra? -Ali se burlo.
-Es importante -se defendió.
-Vamos chicas no es momento para esto, se supone que ya debemos irnos.
-Carmen, aún no llegan los buses -dijo Alicia decepcionada.
-Ahora vengo -les dije y salí en busca de Daniel.
Me abrí paso entre los chicos que me saludaron amistosamente. Ya los extrañaba. Se me hizo raro que él no esté en el grupo. Seguí buscando. Pero no estaba en el jardín. Talves fue al baño. Entré a la casa y opté por revisar la sala, cocina, comedor, baño de la planta baja y... nada. Quizá haya subido. Subiendo los escalones distingo su voz. Pero no estaba solo. Había una chica. Lo sé por las risas falsas de la bitch. Subo sin hacer ruido y me quedo escuchando. Es arriesgado mirar.
-Lindo el mensaje, me gusta, es directo -dice ella, su voz me es familiar pero aún no sé quien es.
-Al menos tú lo aprecias.
-Siempre que me necesites, lindo.
Oh oh, le dijo LINDO. Maldita bitch.
-Y tú a mi, Caro.
Era Carolina. Genial. No nos llevabamos mal pero tampoco bien. Digamos que no perdía tiempo. Siempre le coqueteaba y eso me hacía arder de rabia. Yo no lo soportaba. Y ella irá al viaje. Maldita sea. Eso de > lo retiro.
Tres días. Tendría que idear un plan para mantenerla lejos, pero... ¿qué? Bajo las escaleras y voy rumbo a la puerta. Veo a mis amigas hablando animadamente. No me siento con ganas de explicar el porqué de mi cara de traste así que decido quedarme en la sala.
-El bus viene en quince minutos -anuncia Sol a gritos.
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