Cap 4

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  Luego de ponerle una excusa a Fabián, deje mi celular. Mis vacaciones se basan a estar pendiente de ese aparato. Decido salir de mi cueva, es momento de salir un momento. No es posible que lleve una semana en mi habitación con el celular cayéndose cada dos por tres en mi cara. Suerte que aun no hay marcas de eso.

  Camino unos pasos hasta dar con mi armario. No tengo ganas de ponerme a combinar colores. Ya no. Antes hace unos meses me tardaba horas en elegir las prendas con la esperanza de cruzarme con un chico hermoso, pero ahora eso me importa… una mierda. Como dije al principio el amor es una mierda. Y lo es. De que sirve ilusionarte cuando al final explotan tu burbuja. Hay tantas cosas que te deprimen. Y los celos, ¡Los malditos celos!, son los que terminan una relación. La pregunta es: ¿Cómo no sentirlos cuando la persona que amas hace todo para que desconfíes de él? Así que mi solución a no sentir celos es cerrarme al amor. Muchos dicen que soy una idiota, que estoy loca pues todo el mundo se enamora tarde o temprano. Seré una idiota, pero una idiota feliz. No quiero chicos en mi vida, con Daniel me basta, algunos dan por supuesto que estamos o que él engaña a Mariana (su novia) conmigo. Como ya mencione siempre estamos juntos y eso a veces resulta sospechoso, pero a mi me da igual. Sé que nosotros nunca estaremos. Solo somos mejores amigos y así está bien. Me pongo una remera negra de tiritas, un short de jean y mis botines negros. Tomo mi celular y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras a una velocidad casi inhumana. Busco las llaves en un cajón pero no están. Genial Nina, eres una idiota, ¿Dónde mierda dejas las llaves? Mi conciencia es a veces algo molesta, muevo la cabeza despejando las ideas para sumergirme en una búsqueda. Luego de largos minutos las encuentro debajo del sofá. Salgo de casa y comienzo a caminar. No debí ponerme vestido. Hace un frío que te cagas.

  Entro a un Starbucks, me apetecía tomar un café. ¡Que demonios! La fila es larguísima. Delante de mí esta un señor y más adelante unas jovencitas de aproximadamente 13 años intentando coquetear con el chico que atiende.

  -Ya dejen de joderlo y pidan la orden. Algunas personas llevamos prisa –les dije con un tono de irritación a esas nenitas.

  Ellas pidieron su orden y se sentaron en una mesa cerca a la caja. No podían ser más obvias. Además me miraban re enojadas. Eso me importaba un comino. Luego de que el señor ordenara, me tocaba a mí. Él chico me sonrió. Yo también le devolví la sonrisa. Pero no. No coquetearía. Por mas de que sea tan escandalosamente sexy.

  -Hola un express por favor. Mi nombre es Nina – le dije sin darle tiempo a sus preguntas.

  En unos breves minutos ya tenía mi pedido. Pude leer su nombre en su chaqueta: Daniel. Una sonrisa me invadió al recordar al idiota de mi mejor amigo. ¿Qué estará haciendo? ¿Habrá terminado su partido? Y ni un puto mensaje.

  Un pitido, dos pitidos, tres, cuatro, cinco pitidos. ¡OMG! ¿Quién carajos será?

  #Somos <3

  Alicia: Chicaaaas, mañana es la reu en mi casa. ¿Vendrán no?

  Brenda: Pediré permiso :*

  Carmen: Yo voyy, Bren tienes que ir -_-

  Brenda: Ya sabes que mi mamá es medio complicada .-.

  Alicia: Convéncela!!!!!!!! :p

  Eran mis mejores amigas. Reu en la casa de Alicia. Empecé a reír como loca. Todos sabemos que “reu” implica más de 50 personas en su casa.

  Yo: Iré, tengo ganas de mover el bote jajaja hola malditas :*

   

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