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¡Eh! ¡El chico tan alto de ahí!— gritó el de pendiente de una pequeña tienda de comida que había cerca de nosotros, llamando nuestra atención.

¿Ah?— murmuró el pelinegro mientras se giraba a encararlo con la misma cara de siempre.

Vosotros sois turistas, ¿no es así? ¿Queréis arroz conguee*?— dijo con una sonrisa mientras señalaba el alimento mencionado que había en el exhibidor frente a él—. Y tú, chica que los acompaña— lo miré con una sonrisa amable—. ¿No quieres probar los dim sum*? También tengo cola caliente.

¿Oh? ¿Has dicho arroz conguee? Suena bastante bien— dijo Kakyoin, mirándonos a Jotaro y a mí—. ¿Vosotros lo conocéis?— negué—. A diferencia de Japón, aquí se comen gachas de arroz casi todos los días.

Al menos puedo decir que tiene buena pinta...— murmuré mientras miraba la vitrina interesada, intentando descubrir que alimentos había. Para finalmente girarme hacia el pelirrojo con una sonrisa—. Te dejo elegir a ti, Kakyoin. Así que más te vale, sorprenderme con tu elección— mencioné con una sonrisa.

Ponme dos de cerdo y uno de huevo centenario— dijo el pelirrojo hacia el vendedor.

¡Enseguida pareja!— dijo con una sonrisa.

El pelirrojo me miró rápidamente de reojo con las mejillas sonrojadas, antes de bajar la mirada al suelo. Mientras que yo miraba al hombre con una sonrisa sin emoción ante sus conclusiones precipitadas.

No es que Kakyoin no me pareciera atractivos (al contrario, lo era, al menos para mí), pero nos conocíamos desde hacía tres días y durante uno de ellos me había intentado matar, aun si no era él mismo, seguía siendo una primera impresión un tanto... extraña.

Disculpe, pero, nosotros no somos pareja— le corregí sin pena con una sonrisa tranquila. Al parecer el pelirrojo estaba demasiado avergonzado por esa comparación como para hacerlo.

Oh, siento mucho mi error— inclinó levemente la cabeza a modo de disculpa.

Y recordar niños, si no queréis quedar en una situación un tanto (bastante) incomoda tanto para ti como para las personas a las que te diriges. No deduzcas nunca su relación sentimental. Créeme, de esa manera le harás un favor al mundo.

Entonces, yo quiero...— comenzó a decir Avdul mientras se acercaba al puesto.

¡Eh!— dijo Joseph con una sonrisa mientras cruzaba la carretera, llevándose mi atención—. ¿Qué pensabais comer? Ahora vamos a ir a un local cercano de un conocido mío— se detuvo junto a nosotros, observando de el puesto.

No sé que querrás tú, pero nosotros íbamos a probar algún plato típico de la zona— respondí con obviedad—. También vamos a llenar nuestros estómagos. A mí me ha dejado el estomago vacío— dije mientras colocaba una mano sobre mi barriga, la cual rugió levemente, aunque fui la única que lo notó.

Cierto, has vomitado demasiado cuando hemos llegado a tierra— dijo con cierto tono de burla.

¡Uhg! No me lo recuerdes, por favor, viejo— dije con una mueca mientras sentía que mi rostro palidecía un poco—. Podría vomitar otra vez aun si tengo el estomago vacío. Así que no lo menciones de nuevo. Ha sido demasiado asqueroso— repliqué.

¡Oh! ¡Qué elegante va, señor!— dijo nuevamente el dependiente, intentando engatusar al Jorstar para que comprar algo—. ¿Le gustaría probar una cola caliente? Es muy típica de aquí.

Acuario [Jojo's Bizarre Adventure]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora