Capítulo 13

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Salimos de casa y en la puerta estaba el auto de mi madre preparado para que nos montásemos. Encendió el motor. Dicho motor empezó a hacer un ruido extremadamente irritante que me retumbaba en los oídos y en el cuerpo. 

Nos fuimos directamente al centro comercial para comprar el vestido. Tenía que ser amarillo ya que debía contrastar con la banda azul de la graduación. Fuimos a una costurera que era amiga de mi madre, poseía un puestito de vestidos en la entrada del centro comercial, era pequeño, pero estratégico para que los compradores entrasen a ver y comprar vestidos. Tenía el pequeño defecto de retener el sonido de la calle dentro del establecimiento, por lo que se producía un eco constante todo el tiempo.

Costurera: ¿T/n? Tu madre me hablado mucho de ti. ¡Eres preciosa! Me enseñó una foto tuya pero eras muy pequeña.

T/n: Muchas gracias.

Costurera: ¡Genial! ¿Ya hay un chico en tu corazón? Debe haber miles.

Yo solo procedo a reírme a causa del nerviosismo y ha dirigirme al vestidor para quitarme la ropa y así hacer que tomen mis medidas más fácilmente. Al regresar habían varias personas mirándome muy extraño, pero yo solo las ignoré y corrí hacia mi madre como una niña pequeña.

T/n: Mamá, aquí me están viendo todos. ¿Qué ocurre?

T/m: No lo sé. Vamos a hacer las medidas rápido y luego vamos a casa ¿vale?

T/n: Vale.

Mi madre cumplió su palabra y tan pronto hicieron las medidas salimos de ese lugar. En el auto le rogué que no me volviese a llevar a ese lugar. Mi madre puso la excusa de tener que hacer las medidas y probarme el vestido, pero yo le sugerí la brillante idea de que la costurera fuese a mi casa ya que era la única persona amable ahí. Ella me comentó que intentaría hacer lo posible. Yo procedí a tumbarme en el sitio, colocarme la capucha de la sudadera y a cerrar los ojos para intentar dormir un rato. Además, seguro que así nadie me reconocería el resto del camino a casa.

Los días siguientes no aparecí por casa de Jacob, de hecho, no salí de mi casa. Estaba sumida en la depresión. La costurera accedió a venir a mi casa para hacer las modificaciones del vestido. Era precioso.

Semanas más tarde llegó el día de la graduación. Mi madre logró ilusionarme diciéndome que al acabar podría ir a ver a Jacob, y que me dejaría ir con los Barber a México si me comportaba bien y mostraba la mejor de mis sonrisas. Decidí empezar a hablar con Jacob un poco cada día. Estábamos perdiendo el contacto lentamente. Laurie y Andrew tomaron la decisión de rechazar cordialmente la invitación de mi madre a la graduación. A decir verdad, me lo esperaba, por lo que no me afectó tanto.

T/n: -por el teléfono- Jacob, estoy muy emocionada, hoy es la graduación.

Jacob: Ya. Tú, graduación...

T/n: Lo siento, es que estoy muy emocionada... Igualmente, si quieres podemos celebrar la tuya. Aunque no vayas al cole también te gradúas, conseguirás tu diploma... Podemos ir al chick-fil-a, sé que te gusta mucho... 

Jacob: Sí... Claro, al chick-fil-a... pero invitas tú. 

T/n: Está bien, invito yo. Por cierto, volviendo al tema de la graduación... Voy a cantar en el coro.

Jacob: Felicidades, por lo del coro. ¿Al final que sucedió con lo del vestido?

T/n: Me hicieron las costuras en casa. Es precioso, luego te mando una foto.

Jacob: Está bien.

T/n: Bueno, te dejo que tengo que ir a vestirme de toga. Chao.

La verdad ya me había vestido de toga. De hecho, ya estaba en el instituto, en la fila para entrar al gimnasio donde íbamos a celebrar la ceremonia, detrás de Sarah. Pero se podía notar a leguas la incomodidad de Jacob al hablar de mi graduación. Así que evité hablar del tema. Me pareció lo más justo y correcto. Pero me parecería más justo y correcto que dejasen que Jacob se graduase junto a nosotros.

Hold me // Jacob BarberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora