Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)

Actuación perfecta.

"¿Qué es lo que tenemos aquí?, ¿podrían explicarnos la situación?"

Las palabras del emperador me hicieron recobrar el juicio y salir del tortuoso trance en el que el duque me tenía cautiva. 

"Saludos al sol de nuestro imperio, su majestad el emperador, y saludos al futuro sol, su alteza el príncipe." 

Los guardias y los caballeros que estaban conmigo presentaron sus saludos al emperador y príncipe heredero, era tal como lo leí alguna vez.

"Su majestad, me encontraba haciendo mi turno de guardia en los jardines del palacio, cuando repentinamente un destello se reflejó en el lago, y de allí esta misteriosa chica apareció, de la misma forma en que apareció anteriormente la mujer del oráculo, cayendo directamente a nosotros..." 

Los caballeros me hicieron avanzar hacia el frente quedando cerca del podio en el que se encontraba el emperador y Ruvellis. Podía oír los murmullos de los presentes. 

"Hmm, interesante suceso.." -Pronunció el emperador sobándose la barbilla pensativo.

"¿Acaso será otra mujer del oráculo de Vita?" -Escuché que alguien habló, lo que generó más murmullos.

"Si es así, puede que Vita la haya enviado para ser también candidata a Emperatriz o quizás reina..." -mencionó otro, lo que de inmediato me chocó puesto que estaría lejos de mí ser cercana al miserable del príncipe.

"Majestad, ¿qué otra prueba más que este suceso divino quiere?" -De pronto habló el hombre de ojos violeta.

"¿De qué está hablando, Duque?"

"Me refiero, hace un momento discutíamos sobre qué mujer ocuparía el lugar de emperatriz, como ya vimos y fue corroborado por el templo, Jieun, que ha sido enviada por Vita, es quién debería tomar el puesto de emperatriz, pero con la aparición de esta nueva mujer, que podría ser otra enviada de Vita, sería la prueba irrefutable y divina que Lady Monique no debe formar parte de la familia real, Vita la rechaza por su impureza..."

"¡Nuevamente va a continuar con esto!. ¡No permitiré que siga insultando a mi hija...exijo que sea defendido su honor!"

"Basta a ambos, no quiero que dos de las grandes familias del imperio comiencen una pelea. Duque Jenna, será mejor que olvide ese asunto, ahora tenemos temas más importantes que tratar por lo que puede ver." 

El duque volvió a su asiento, y el marqués también se sentó, intentando contener su ira, mientras que Aristia tenía una expresión escondida de confusión, rabia y vergüenza por las humillaciones que le estaban causando, alcancé a distinguir que mordió un poco su labio inferior.
En esta vida, ella jamás supo sobre la historia de su madre, además de que su ardua preparación como emperatriz le restó importancia al asunto. Por otro lado, cuando el duque hablaba de la impureza de la sangre de Aristia, el príncipe dirigía su mirada con un poco de asombro hacia ella, una mezcla entre sorpresa, conformidad y una satisfacción al saber ese dato de ella. Ya podía leer su mente, en estos momentos él se sentía victorioso al conocer un dato que bajaría del gran pedestal en el que se encontraba la perfecta Lady Monique. Sentí repulsión al ver esa expresión. Por otro lado, Jieun miraba la situación con total ignorancia, en estos momentos imagino que ni siquiera sabe donde estaba parada, pero al juzgar por su vestimenta, ella ya había llegado hace algún poco tiempo, quizás una semana.

"Basta de ruido, antes de emitir cualquier juicio debemos saber quién es la persona que está frente a todos nosotros, además de que el templo y los sacerdotes no han avisado nada sobre la aparición de otra mujer, por lo que será mejor que presten atención en silencio..."

Mientras el emperador hablaba tenía pocos minutos para prepararme, después de todo, estaba en la historia injusta, en la historia cruel en la que todos son infelices y mueren, al menos por el lado de los protagonistas, por lo que no me sería fácil cumplir mi propósito. Por otro lado, era una completa desconocida para ellos, quizás cualquier cosa que dijera me podría costar caro, tanto como que me tomarían por loca y me encerrarían o podría echarme encima al Duque y eso sellaría una muerte segura para mí. Realmente esto no era una aventura fantástica donde contara con super poderes para defenderme y salvar el día, aquí era un humano demasiado común y completamente vulnerable que se encontraba en otro lugar, otro mundo con reglas diferentes a las que conocía, por lo que lo más sensato sería aceptarlo y dejarme regir por sus leyes.