Una motivación en la vida

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El agradable y cómico momento de la mañana fue dejado de lado en mi mente para hacer espacio a la reunión y sus ideas, era momento de cambiar mis pensamientos al modo adulto.

Al parecer, era una reunión importante puesto que, incluso el marqués y el duque Rass estaban presentes. El tema principal trató sobre una eventual amenaza de guerra en las fronteras del reino, por lo que se estaba evaluando la emergencia de la situación, después de una larga discusión y opiniones muy diferidas ante el hecho, se determinó que habrían dos formaciones de batalla, una ubicada en las fronteras, como primera línea de combate y la segunda formación ubicada en la periferia de la ciudad, el marqués Monique estaría destinado a ir a la frontera con su escuadrón, mientras que el duque Rass se quedaría en un límite intermedio como segundo flanco, a modo de resguardo a la ciudad y poblados más importantes. 
Aún cuando solo tenía que escuchar, me sentí mal por Aristia, quien tendría que estar un tiempo separada de su padre ya que tendría que partir a la frontera.
Por otro lado, por lo que entendí de la reunión el emperador sugirió una estrategia extra, una delegación de paz. Por lo que tenía entendido vagamente, no solían usarse siempre, sólo cuando la situación era más riesgosa enviaban a una delegación encargada de lograr llegar a un acuerdo de paz, por lo tanto, se determinó que el segundo hijo del canciller Verita iría a la misión, es decir, Allendis. Personalmente no podía evaluar la gravedad de la situación, puesto que nunca había vivido una experiencia así, pero los comentarios eran diversos, algunos grupos apoyaban la idea de irse directamente a guerra contra el posible enemigo con el fin de acabar lo más pronto posible con las amenazas, otros apoyaban la idea del emperador de una delegación de paz, como en mi caso, que era una opción que en caso de resultar, no le costaría la vida a nadie. Finalmente, la reunión concluyó con un comunicado adicional del príncipe, quién se disponía a dirigirse también a la frontera para evaluar la situación y acompañar a la delegación de paz como representante de la corona imperial. 


"Oh, Marqués Monique, buen día." -Hice una leve reverencia al saludarle. Al momento de ir abandonando el salón, me crucé con el marqués, por lo que le saludé y le comenté mi preocupación por su partida a la frontera.

"Saludos señorita Lilian, buen día." 

"Así que, se marcha a la frontera, aunque tengo entendido que siempre suele ser asignado para esas zonas...¿será mucho tiempo el que se ausentará?"

"Sí, por lo mismo también le insistí al emperador de que podría encargarme de la zona, estoy acostumbrado al territorio, aunque realmente no sé cuánto tiempo nos lleve, nunca hay un estimado, depende de la situación."

"Hmph entiendo, aunque comprendo que es una labor y obligación de usted, lamento que deba marcharse, sólo espero que todo salga bien y regrese a salvo aunque les tome un tiempo..."

"Gracias por su cuidado señorita Lilian, pero no se preocupe, siempre he regresado bien y con mi escuadrón completo, en esta ocasión no tiene que ser diferente."

"Tiene razón en sus palabras marqués, no sé en qué estoy pensando, si durante su vida a sido encomendado a estas misiones y siempre le va bien...¿por qué ha de ser diferente?, hm...confieso que me inquieté un poco, pero ahora estoy más convencida en sus palabras...aún cuando falta unos días para su partida, sólo quiero desearle lo mejor en su misión"

"Se lo agradezco"

"......"

Mi gran inquietud era Aristia, aunque ella se mostrara de mejor ánimo, sabía que era demasiado pronto como para quedarse sola, puesto que la persona con quién más se ha relacionado ha sido su padre, tal como en la historia, ella ha generado un nuevo vínculo con él, logrando desarrollar una mejor relación de padre-hija, pero no quería ser pesimista y darle más preocupaciones al marqués, por lo que solo me quedé callada y despedí cordialmente de él, cada uno se fue por su camino.
Por mi lado, me dirigí a la oficina del emperador, para iniciar mi jornada laboral, después de todo, había mucho que hacer, aún más ahora que el duque de Rass también se ausentaría, por lo que alguien debía quedar para ocupar su lugar administrativo.
Mientras trabajábamos en el papeleo, el emperador me preguntó por la conversación que tuve con el marqués, por lo que aproveché la oportunidad para expresar mi inquietud.

Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora