Luego de su pequeña platica y entenderse un poco más, ambos caminaron un rato por los alrededores mientras continuaban charlando. Con un poco de cargo de conciencia decidí seguirlos para espiar un poco más su conversación, al final de cuentas...necesitaba estar al tanto de mis protagonistas...
"Carsein, hay algo que aún me tiene intrigada, ¿por qué no aceptaste en un principio ser mi maestro de esgrima?, ¿en verdad fue muy egoísta de mi parte el restarte tiempo para ti y tu trabajo o en ese momento no te simpatizaba tanto?"
En ese momento Carsein se detuvo y se quedó observando fijamente a Aristia, quién nuevamente se tornó un tanto nerviosa, él sonrío más amigable y colocó ambas manos en sus hombros.
"En absoluto, si se trata de la esgrima, no hay tiempo que no lo valga, es sólo que tu intención es convertirte en caballero, sea cuales sean tus razones, estoy seguro que el Marqués no le gustaría verte como un caballero, teniendo que arriesgar tu vida enfrentándote en algún momento a algún peligro, incluso la muerte. Se supone que eres una dama, una chica delicada y elegante, alguien que en algún punto no necesitaría defenderse porque habrían cientos de caballeros cuidando tu espalda, ¿por qué querrías ensuciarte con algo así?. Además de que pensé que la única razón para querer aprender sería como un deporte, algo a la ligera, ya que en algún momento ni siquiera llegarías a ser caballero, y eso realmente me duele, la esgrima es mucho más que un pasatiempo"
"¿Que ni siquiera llegaría a ser caballero?, ¿cómo puedes estar tan seguro de eso?"- Cuestionó con un poco de molestia.
"Está bien, no lo tomes a mal, no es para tanto, sólo que basta con observarte para saber que no tienes la contextura de un caballero, solo digo la verdad, tampoco me odies por ser sincero..."
"Hmph... intentaré entender el trasfondo de sus palabras, y aceptarlas, pero realmente me has dejado molesta por lo que dices, no importa si realmente no quieres apoyarme en mis planes, aún cuento con apoyo para conseguir mi meta."
"Lo siento Aristia, por favor no te molestes, ha sido un rato agradable...me disculpo... Además, tal vez yo no sepa realmente el trasfondo de esta idea, pero tu padre, ¿estará de acuerdo con que sigas el camino de un caballero?, eres su única familia, su único hijo, y además eres mujer, él haría todo por protegerte."
Aristia continúo caminando delante del pelirrojo, ignorando sus peticiones, mientras que Carsein le rogaba que le disculpase sus comentarios, después de un momento, Aristia se relajó y comenzó a reír levemente por la escena que estaba haciendo el chico, de hecho quería seguirlos pero recordé que me había ausentado demasiado en mi trabajo, por lo que tuve que regresar con el emperador.
"Disculpe majestad, lamento haberme tardado"
"¿Sucedió algo señorita Lilian?"
"No, es sólo que...eh.. me encontré con Aristia y le saludé"
"¿Lady Monique está aquí?" -Preguntó un tanto animado.
"Así es, aunque no sé realmente a qué se debe su visita..."
"Hmph... hace mucho tiempo que no tomaba el té con ella, intentaré hacerme el tiempo y pedirle que tome el té conmigo."
"Oh, ¿quiere que le avise?"
"No se preocupe, enviaré a alguien para que le dé mi invitación, supongo que si no estaré en la tarde puede terminar de revisar los documentos que han llegado y puede tomarse el resto del día."
"Oh, muchas gracias majestad"
Tal como el emperador dijo, sucedió. Después de haber trabajado un largo tiempo sin detenernos, él se arregló, se despidió y se retiró para reunirse con Aristia, por mi parte, me quedé una hora más en la oficina hasta finalizar mi parte y me retiré como me autorizó. Me hubiese gustado haber charlado con ella realmente, quería saber cómo le ha ido con los consejos que le dejó Eitan, pero el emperador se veía muy animado por reunirse con ella, era notorio que aún la quería demasiado, aunque lo cierto es que nunca dejará de quererle.
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Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)
FanfictionMi vida era completamente pacífica. Una adolescente de 17 años con sueños y proyecciones típicas de esa edad. En mi tiempo de ocio solía leer historias de amor, hasta que un día me llegó la recomendación de lo que parecía ser una prometedora histori...