Cambio de perspectiva.

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 Realmente no podía moverme, como si hubiese sido congelada perpetuamente me encontraba de pie observando la escena de Jieun, es más, hasta ella parecía que se hubiera congelado puesto que no veía que se moviera, sólo quedó en su posición, sentada en el suelo con el rostro tapado por sus manos.

-"¡Pero qué demonios! ¡Por qué no puedo moverme!. ¿¡Que es lo que me lo impide!?."
 Estaba irritada, quería desahogar el amargo sentimiento que se había acumulado a causa del escándalo de Jieun, sin embargo no podía ni pestañear, ¡acaso Vita me hizo esto para poder impedir que atacara a su niña bendita!..si fuese el caso.... ¡Entonces cuándo podré liberarme!..
¿realmente qué estaba esperando que hiciera?
Sabía que alterada no conseguiría nada, así que traté de calmarme por lo que trataba de respirar profundamente, incluso mi pecho se sentía aprisionado, hasta que sintiera que de alguna manera me cayó un balde de agua fría inexistente para enfriar mi mal sentir. Finalmente me quedaba pensar en la situación y quizás al analizarla fría y detenidamente podría desaparecer el amargo sentir que tenía. 

Entonces....¿por qué en verdad quería golpear a Jieun?... ¿era para que entrara en razón?, ¿era para que se callara y así dejara el estridente escándalo?. Vergonzosamente la razón no era esa. Claro que me era molesto escucharla, pero no quería abofetearla para que razonara, de hecho desde lo profundo ni me interesaba que razonara, tenía otra causa, una más despreciable inclusive, y esa era para lastimarla aún más, para hacerla sentir aún peor de lo que ya estaba, quería aumentar su tormentosa situación...quería que se sintiera vulnerable e intimidada...era... era para desahogar todo el daño que causó o la molestia que llegaría a causar, incluso era para vengarme por el daño que le causaría a Aristia en esta vida...
Admito que ya sin el calor del momento, me sentí avergonzada por ese pensamiento, pero no, vergüenza era poco, realmente era un pensamiento asqueroso, totalmente despreciable, sobrepasando lo irracional puesto que todo el juicio que tenía de Jieun había sido porque siempre la vi desde el ángulo de una amenaza para Aristia, ¿pero cómo podía llegar a pensar así? Ni siquiera la misma Aristia pensó en vengarse de Jieun, pero en mí  había generado un recelo su presencia... sin embargo... estaba claro que erraba mi juicio. Lo cierto es que todo lo que alguna vez Jieun hizo pasó en la historia que alguna vez leí, en un montón de palabras escritas, en cambio, ahora que estoy en un mundo real para evitar que eso y muchas otras cosas más se cumplan... ¿estaría bien descargarme contra Jieun por un suceso que ya no ocurrirá si lo evito? 

"Extraño mi vida simple y normal, la vida de cualquier estudiante... Extraño dormir tarde, escuchar mi música, extraño mi entorno... ¡Me siento muy sola aquí...!"

"Me siento muy sola aquí".... Esa frase fue el balde de agua fría que necesitaba... Esa frase hizo eco en mi interior. Ayer yo también me sentí muy sola, sentía que era la única persona en el mundo, o mejor dicho "en mi mundo conocido", fue un sentimiento agobiante por el cual estaba pasando, sentía mucho miedo e incertidumbre, me sentía débil y vacía, un momento de gran vulnerabilidad, sin embargo, al menos yo tengo idea de por qué estoy en este mundo, en cambio Jieun, quién debe estar sintiendo lo mismo, no entiende su existencia aquí, por lo que no tiene mucho en qué apoyarse, no tiene alguien que sienta realmente lo que ella siente como para compadecerle y ayudarla de verdad.

Al final de cuentas, Jieun y yo, somos dos adolescentes de secundaria de más o menos la misma edad,fuera que su cultura es más disciplinada y proactiva que la mía, tenemos muchas cosas en común, en los tiempos en los que vivimos a nuestra edad aún somos muy inmaduras, nos falta aprender muchas cosas para saber levantarnos en la vida, no tenemos mayores responsabilidades que las propias de nuestra edad, por lo que para ella le será muy difícil adaptarse a esta sociedad donde se les enseña desde jóvenes a llevar grandes responsabilidades, a los dieciocho años muchas mujeres son madres, si es que no es antes cuando cumplen mayoría de edad que aquí es a los dieciséis años, por lo que ya tienen una madurez más temprana, incluso a Aristia, desde pequeña se le preparó para ocupar el gran cargo de madre del imperio, generando un sentido de responsabilidad aún mas grande que incluso una aristócrata promedio, era un gran contraste social con el nuestro. En resumida, en todo este mundo, la única persona que puede ayudarle a enfrentar su soledad..soy yo y la única reacción que tengo es darle la espalda más que mi deber de ayudarla.
Vita me envió para evitar que el trágico final se cumpliera, las acciones que la Jieun de la historia cometió alguna vez no tenían por qué repetirse aquí, después de todo, por mucho que me molestó su actitud, ella fue una víctima más del duque, quizás si ella hubiese tenido alguien en quien confiar plenamente, que la comprendiera de verdad y la hubieran apoyado ella no hubiera actuado así, mi antipatía al final  estaba predeterminada por la historia. Al final de la historia, cuando se habla un poco de su vida en Castina, es cierto que, si bien cometió errores graves su destino era otro y ahora quedaba en mis manos hacer que se cumpla, la Jieun de la historia no existirá mientras la ayude a seguir su verdadero camino.. supongo que... es hora de que conozca a esta nueva chica y la ayude a seguir su destino.

Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora