Capítulo #18

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Mi pasado tenía demasiada oscuridad como para contarle a Bridget esa noche todo. No era ni el lugar ni el momento. Nadie quiere estropear una buena fiesta contando sus miserias. Me encantó sincerarme un poco con ella. De hecho ahora me siento mucho mejor. Siento que he abierto un nuevo camino en mi relación con ella y lo que más me llena, es que fue ella la que se lanzó a abrirlo.

Me desperezo y me doy la vuelta en la cama, asustándome al notar a alguien al lado. Me froto los ojos y centro mi mirada en la mujer que está acostada junto a mí con los pelos en la cara.

—¿Alex?

Mi tía me mira entornando los ojos. La luz del sol le molesta. Al ver que soy yo, se deja caer sobre la almohada, metiendo los brazos bajo ella. La escucho quejarse mientras se despereza y gira la cabeza, haciendo que no pueda verla.

—Alex, es la una.

—¡Déjame en paz!

Sonrío de lado. Seguro que tiene que estar notando todos los síntomas de una buena resaca. Anoche bebió demasiado y ella no está acostumbrada a hacerlo. Así que no acabó en condiciones de irse sola a casa, por eso la traje a la mía.

Un riquísimo olor a macarrones gratinados invade la habitación. El estómago comienza a protestar. Zarandeo a Alex unas cuantas veces, pero no se mueve. Lo único que consigo es que proteste pidiéndome que la deje dormir un poco más.

Me pongo las zapatillas y salgo de la habitación, dejando a Alex sola para que descanse un poco más. Mi madre me recibe en la cocina con una sonrisa. 

—¡Buenos días, borrachilla!

Me froto la cara con las manos y me siento en la silla, en silencio. No me apetece hablar. Solo quiero tomarme una pastilla y volver a la cama.

—¿Qué tal ayer?

—Bien. Se nos fue de las manos.

—Ya he visto que Alex está aquí —mi madre se ríe llevándose una mano a la boca—. ¿No decías que no te ibas a emborrachar con gente de su edad?

Frunzo los labios y me encojo de hombros. Supongo que tenía una idea equivocada de lo que iba a ser la fiesta.

Me levanto para asomarme al horno. Los macarrones tienen una pinta deliciosa. Mi estómago protesta aún más fuerte. Necesito comer urgentemente algo o me caeré al suelo de un momento a otro. Pero sobre todo necesito beber agua. Abro el frigo y cojo mi botella.

—Menuda cara tienes, Sarah. ¿Hoy vas a salir?

—No. Mi plan de hoy es quedarme en la cama viendo series hasta que se haga de noche.

—¿Alex se queda a comer?

Me encojo de hombros. No tengo ni idea de con el humor que se va a despertar.

—No sé. La he despertado y lo único que me ha dicho es que la deje en paz —explico mientras me adentro en el pasillo camino de la habitación para coger mi móvil. Me lo he dejado sobre la mesilla.

Entro intentando hacer el menor ruido posible. Alex está durmiendo de una manera muy graciosa. Incluso se le cae la baba por el lado. Le hago una foto a traición aguantándome la risa y salgo de la habitación para encerrarme en el baño. Al mirar las notificaciones me doy cuenta que tengo un mensaje de Bridget.

"Buenos días. ¿Cómo estáis? Espero que vivas"

Me parece todo un detalle que se acuerde de nosotras, que se acuerde de mí. Podría dejar pasar los días, pero quiere saber qué tal estamos después del día de ayer. O quizá solo quiere empezar una conversación conmigo y no sabe cómo. 

Llámalo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora