Capítulo #28

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Tengo a Bridget completamente desnuda acorralada contra la pared. Necesito complacerla como se merece después de lo que me ha hecho disfrutar en el sofá.

Me recreo en besar ese cuello que tan bien huele. Me encanta hacerlo porque a ella le encanta que lo haga. Sus gemidos de placer no me dicen lo contrario.

Voy bajando lentamente besando cada parte de su cuerpo. Pasando de su cuello a sus pechos. Me paro aquí, tomando mi tiempo para hacerla disfrutar.

Sigo bajando besando su barriga y la obligo a abrirse de piernas cuando estoy llegando a su sexo. Bridget me agarra de la cabeza y me hace subir de nuevo hasta su boca para besarme con pasión, jugando intensamente con mi lengua y dejándome casi sin aliento.

La sensual música sigue sonando de fondo aunque ya ni siquiera la estoy escuchando. Estoy tan concentrada en disfrutar de su cuerpo que mi cerebro la omite por completo.

—Voy a bajar por este caminito —susurro contra el filo de su boca bajando mis dedos de manera muy sensual hasta su entrepierna—. Y me voy a parar en esta estación.

—Mi estación favorita —susurra ella siguiéndome el juego.

Acaricio lentamente su entrepierna sintiendo lo húmeda que está. Sus jadeos me hacen querer besarla y lo hago mientras mi mano continúa haciendo su trabajo ahí abajo. Las caricias se vuelven cada vez más intensas y sus jadeos se convierten en tímidos gemidos. Intenta que no salgan de su boca pero llega un momento que es imposible, no puede evitarlo.

Mis dedos juguetones se introducen en ella y sincronizamos nuestros movimientos para que todo sea mucho más placentero. Ella me está agarrando con fuerza, sujetándose a mí para poder subir y bajar sin problema alguno mientras mis dedos siguen danzando por ahí abajo.

—¿Te gusta? —susurro en su oído.

—Sí, joder, sí.

Cada vez los movimientos son más acelerados y noto que me agarra con fuerza del pelo gimiendo sin parar en mi oído. Ver sus pechos botar como locos me está haciendo también a mí llegar hasta el éxtasis.

—Madre mía, Sarah —gime sin dejar de moverse. Y de repente llega al clímax clavándome las uñas sin querer en la espalda y arqueando su cuerpo contra la pared.

Una vez que consigue recuperarse un poco, me mira fijamente y me da un tierno beso en los labios.

No puedo evitar agarrarla de la cara y darle un lento beso. Muy lento. Dejando que el orgasmo termine de recorrer todo su cuerpo de arriba abajo. Haciendo que se derrita ahora con el calor de mi boca.

Ella quiere ir más rápido pero no la dejo. La obligo a que siga dándome ese beso lento y ardiente. Noto cómo su corazón late con fuerza dentro de su pecho. Aún está excitada, así que sin dejar de besarla vuelvo a llevar mi mano a su entrepierna para volver a llevarla hasta el cielo.

No me hacen falta muchas caricias para escucharla gemir de nuevo mientras me rodea con fuerza con una de sus piernas.

¡Joder Bridget! ¿Siempre eres tan ardiente o es que estos dos años sin sexo te han afectado?

—Sarah... —susurra apoyando su frente contra la mía—. Eres maravillosa.

—Tú eres maravillosa.

—Estoy tan excitada que podría tener tres orgasmos más —dice con una ladeada sonrisa.

Alzo las cejas y le devuelvo la misma sonrisa.

—¿Me estás retando?

—No... o quizá sí.

Le doy un dulce beso en los labios separándome lentamente de ellos.

Llámalo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora