Te reuniste con los otros que habían pasado la primer prueba, entre ellos tus compañeros, de los cuales todos habían podido aprobar, pero no te acercaste a ellos.
Decidiste seguir bloqueando los rostros de todos de tu vista, concentrándote únicamente en ti como ya venías haciendo de antes, y tomaste asiento en una silla solitaria a algunos metros de distancia de los demás, cruzándote de brazos y mirando hacia tus pies.No querías pensar, pues sabías que si lo hacías terminarías dándole la vuelta a los temas de los que querías escapar, y no podías darte el lujo de echar a perder el examen.
Habías trabajado muy duro para llegar hasta donde estabas, y no te referías a tu lugar como héroe. Al fin y al cabo, eso nunca te había interesado.En tu mente en blanco, se oían las voces distantes e inentendibles de la gente que te rodeaba, pero no levantaste la mirada para reconocer a ninguna.
Eijiro te echó una ojeada rápida en medio de su conversación con Mina, Denki y Hanta, sólo para confirmar que seguías en el mismo estado de la mañana.
Te había mirado con pena pintada en la cara durante todo el día. Se preocupaba por ti y no sabía qué hacer para subirte el ánimo. También se había dado cuenta que desde hace tiempo intentabas evitarlo, y la única vez que había logrado hablarte parecías querer meter la cabeza en un pozo y desaparecer.
Te vio, después de mucho tiempo, realmente destrozada, y eso era algo que odiaba ver.—Oye, ya déjala— habló la pelirrosa de cuernos, sacándolo de su trance— Creo que quiere estar tranquila.
—¿Tanto la miro?
—Siempre la miras— intervino Sero, con el rubio eléctrico asintiendo a sus palabras junto a él— Quizás no te das cuenta, pero lo haces.
—Debe estar teniendo un mal día— mencionó— Un pésimo día.
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.—¿Hola? ¿Hay alguien ahí abajo?— preguntaste al oír quejidos de debajo de unos escombros.
Ya habías rescatado a unas cuantas personas y las habías llevado a la zona segura como indicaban las reglas de la prueba final. Habías tenido altibajos en tu puntaje por tu carácter, pero hacías lo posible por aprobar.—A... Ayuda...— una voz aguda, débil y quebradiza, pidió suplicante. Parecía ser femenina.
—No te muevas, voy a sacarte de ahí.
Quitaste las rocas que podías levantar, encontrándote con trozos de vidrios rotos y algunas manchas rojas que te pusieron en alerta.
Ese olor no era de sangre falsa.
Te tomatse la molestia de hacer la gran asquerosidad de pasar tu dedo por aquel líquido y llevártelo a la boca, pero no sabías si te arrepentías o no. Eso era sangre real.
Usando tus cadenas para halar de la gran piedra que mantenía presa a la victima, dejaste al descubierto el pequeño cuerpo de una chica de trenzas. Sus lentes estaban rotos, su frente y piernas sangraban y se la notaba realmente herida. Eso o era una actriz excelente.Te acercaste con cautela a la pequeña para revisar su estado.
Limpiaste su frente con tu manga, revisando que no tuviera más heridas y hablándole para mantenerla despierta—¿Puedes caminar?— preguntaste, recibiendo una respuesta negativa de ella— Avísame si duele, voy a cargarte— pasaste con cuidado tu mano por debajo de sus rodillas, tomándola firmemente y haciendo lo mismo con su torso. La alzaste y apoyaste su cabeza en tu pecho, ella se abrazó a ti— ¿Cómo acabaste allí abajo?— preguntaste, dedicándole una mirada que intentaba no ser muy severa, pero fallaba estúpidamente.
—Estaba en mi puesto para el rescate cuando las rocas detrás de mí colapsaron. No me dio tiempo de salir.
—Ya veo. Te llevaré a que traten tus heridas.
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𝑴𝒊 𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 ❥︎ Eijiro Kirishima x Lectora
FanfictionQuizás lo que te disgustaba era el ruido, el bullicio. Quizás eran los vecinos, o el ambiente en general. Quizás era que no te sentías en casa, que allí no había una pizca de nada que dijera "Este es tu hogar". O quizás era todo lo anterior. O quizá...