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Día X
21 años de edad
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Tiempo presente—_____-senseeeeei— el adolescente a tu lado hizo un puchero, actuando infantilmente y arrastrando las piernas después de tanto caminar— ¿Dónde estamooos? ¿Ya nos perdimooos?
—No lo sé, Ichirooo— respondiste de igual manera, fijando tu vista en tu celular, que tenía abierto Google Maps— Ésto dice que ya llegamos, pero...
Observaste a tu alrededor, leyendo los números de las casas. 1543, 1544, 1545...
—¡No tengo ni idea de dónde estamos! ¿¡Dónde carajos está el 1243!?
Ichiro tragó saliva: —¿Dijiste... 1243?
—Si...
—Creí que habías dicho... 1543.
—¡Imbécil, nos mandaste a la mierda! — te acomodaste los guantes que traías puestos para evitar accidentes, y le diste un zape en la parte posterior de la cabeza al muchacho, no con mucha fuerza, pero sí con la suficiente para que le doliera.
—Ya, cálmate, mamá— se quejó sobándose la zona golpeada— Lo lamento.
—Sigues siendo un tonto come mocos...— murmuraste, poniendo la dirección correcta en tu móvil.
—¡No soy un come mocos, vieja amargada!
—Cierra el hocico, enano puberto.
—¡Yo-
—Continúe durante doscientos metros, y después gire a la derecha— interrumpió el gps.
—Camina, pequeño pupilo estúpido— le indicase, empezando a caminar.
—Tsk— cruzándose de brazos e inflando las mejillas en un gesto infantil, Ichiro te siguió. Permanecieron callados unos cuantos segundos, antes de que el muchacho volviese a hablar— Oi, _____-sensei— te llamó.
—¿Ahora qué?
—Siempre quise preguntar, ¿cómo te hiciste la cicatriz de la cara?
—Oh. Me secuestraron y me quemaron la cara.
—¿¡Eh!?
—La adolescencia es difícil, come mocos.
—¡YA DEJA DE LLAMARME ASÍ!
Ignoraste su grito, esbozando una leve sonrisa de lado y acelerando el paso, acomodando también la mochila en tu hombro, corriendo las 11 cuadras que te faltaban para finalmente llegar a la tienda que estabas buscando hace dos horas y media.
Esperaste pacientemente a que tu acompañante llegara a tu lado, sudado e hiperventilando.—Creí que eras más atlético.
—¡Pues no! No todos tuvimos entrenamiento de héroe como tú.
—Pero si ya no soy una heroína.
Reíste con altanería antes de empujar la puerta para abrirla y adentrarte en el lugar. Estantes de dos metros o más llenos de recipientes con variadas sustancias en diferentes estados, algunos incluso en estado plasmático, contenidos en un frasco vete a saber cómo, materiales de origen dudoso y otros artefactos extraños esparcidos por todos lados volvían aquel espacio la peor pesadilla de un claustrofóbico, dejando apenas unos angostos caminos por los cuales caminar.
Por encima de tu cabeza voló una grulla de papel del tamaño de una mano adulta, cargando en su lomo algunas botellitas con líquidos de colores. Tú no te inmutaste ante aquello, no después de ser golpeada por una mucho más grande seis años atrás, pero Ichiro por su parte, se agachó rápidamente, esquivandolo aunque no fuera necesario.
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𝑴𝒊 𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 ❥︎ Eijiro Kirishima x Lectora
FanficQuizás lo que te disgustaba era el ruido, el bullicio. Quizás eran los vecinos, o el ambiente en general. Quizás era que no te sentías en casa, que allí no había una pizca de nada que dijera "Este es tu hogar". O quizás era todo lo anterior. O quizá...