Capítulo 6

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Al día siguiente, atravesando aún tu crisis emocional, pero en menor escala, te sentaste a desayunas con tu progenitor tranquilamente.
Era sábado, un muy tranquilo sábado.
Te hiciste varias tostadas y entablaste una conversación trivial con el hombre frente a ti en la mesa.
Se te notaba algo extraña a pesar de que intentabas disimular tu malestar.
Shion repentinamente se paró de la mesa, tomó las llaves y te indicó que salieras. No entendiste por qué, pero lo hiciste igualmente.
Ambos bajaron hasta el garage, y tu padre condujo hasta un templo algo lejano.

-Papá, ¿que hacemos aquí?- el nombrado te extendió la mano cerrada, a lo que tu le tendiste tu mano abierta y él dejó caer varios yenes sobre tu palma.

-Ten un buen dia en el santuario. Relájate y reflexiona. Tómate el tiempo que necesites. Luego puedes comprarte algo de comer, pero asegúrate de tener suficiente dinero como para pagarte un tren a casa.

Lo miraste incrédula y expectante mientras él se regresaba al automóvil y conducía lejos. Volteaste a ver el templo, aceptando la invitación obligatoria que tu progenitor te había hecho y caminando hacia la entrada.

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Dejaste escapar un sonoro y largo suspiro, sintiendo el agua fría de la cascada caer sobre tus hombros.

"¿Qué me desagrada de los demás?"

Tus cejas se curvaron hacia abajo levemente y tus labios se apretaron.

"¿Qué me desagrada de Eijiro?" .

Tus manos, juntas frente a tu pecho, temblaban un poco por el frío y por la tensión y el estrés que estabas sintiendo en esos momentos.

"¿Cuándo fue que me volví así...? Claro, fue cuando mamá se fue. No, fue antes" .

A tu mente llegaron imágenes de cuando eras muy niña, mucho antes de mudarte.
En esos tiempos, tu padre nunca estaba en casa.
En esos tiempos, aún vivías junto a tu madre. Y la odiabas.
Odiabas cada mirada que te daba, cada palabra que te dirigía.
Nunca fuiste capaz de verla como madre, te negabas a hacerlo, ella no se comportaba como una madre.

¡No me mires con esos ojos, niña!

No existe algo en este mundo a lo que odie más que a ti.

¡Si piensas comportarte así irás a tu habitación sin comer otra vez!

Eres la peor de todas mis equivocaciones.

¡Yo soy tu madre y me vas a respetar te guste o no! ¿¡Me oíste!?

No me interesa lo que pase contigo. Estoy esperando a que servicios infantiles te saque de mi casa.

¿Por qué me miras como si te debiera algo?.

Odio que tengas mi rostro en tu asqueroso cuerpo.

Morías de hambre, ardías de rabia, estabas cansada y mal cuidada.

No te gustaba recordarlo, pero en tu memoria yacían varias ocasiones en las que había ido más allá de solo elevar la mano.

"Yo... odiaba a mi mamá. Odio a mi mamá, y ella me odiaba a mi..."

Pero para ese entonces, aún no eras así. Y recordaste perfectamente el punto de quiebre.

Eres igual a tu madre, _____.

El inocente comentario de una vecina, fue probablemente el inicio de todos tus problemas.

Los mismos ojos, los mismos labios, la misma voz, ¡son iguales!

Y lo repetiste hasta que tú misma lo creíste.

𝑴𝒊 𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 ❥︎ Eijiro Kirishima x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora