Capítulo 0

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Día de mudanza
10 años de edad
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2014


《Yo no tengo un problema》

Abriste la puerta y bajaste del auto, inundando tus oídos con el sonido del camión de mudanza estacionando en la cuadra de en frente y el bullicio de la calle, dejando que el edificio que yacía frente a ti se apoderara de tu campo de visión. Era una edificación grande, de unos 20 pisos, hecho de ladrillos rojos, impecable. Justo allí, en el décimo primer piso, vivirías a partir de hoy.


《Son los demás los que tienen un problema》

Escuchaste la puerta delantera del auto abriendose, haciéndote girar la cabeza hacia la fuente del sonido, viendo así la cabellera castaña de tu padre asomarse desde el vehículo y luego caminar hasta quedar a tu lado. Diste un paso en la dirección contraria, alejándote mínimamente del hombre al que considerabas casi un extraño, pues él trabajaba todo el día, y volvía a casa muy tarde en la noche, por lo que nunca pasabas tiempo con él. Ni siquiera los fines de semana.

¿Y tu madre? Bueno, ella y tu papá se habían divorciado hace mucho tiempo y no habías hablado con ella desde entonces, ni ella había intentado hablar contigo, pero estabas mejor sin ella, sinceramente.


《Yo estoy bien》


-Puedes adelantarte si quieres, _____- la voz agridulce de tu padre te sacó de tus pensamientos. Asentiste con la cabeza y te adentraste a la enorme sombra que generaba el edificio, para luego dirigirte a la gran puerta principal. O tal vez solo eran grandes desde tu perspectiva, desde abajo, desde tus pequeños, irritados y adormilados ojos de niña de 10 años.

Tus cejas se curvaron hacia abajo, al igual que tus labios, en una mueca de disgusto y enfado, volviéndose más brutal a medida que avanzabas por el hall hacia el escritorio del portero, donde el hombre yacía dormido sobre la mesa.
Al llegar frente a él, tus ojos saltaron desde el bello durmiente hasta la campana que tenía al lado.
Tu mano se elevó en el aire sobre el timbre y descendió con fuerza sobre éste, causando que suene terriblemente alto.

El hombre saltó del susto balbuceando cosas sin sentido y limpiándose la saliva de la boca, paseando su vista por todo el vestíbulo hasta parar en tu pequeña figura.

-Eh... ¿Si, diga?


《No los necesito》


-Akaneru _____, piso 11.

-Ah, si, toma querida- revolvió los cajones de su escritorio y posteriormente te extendió la llave de tu nuevo apartamento.

Ni siquiera agradeciste; te desviaste al ascensor y subiste al piso correspondiente, identificando la puerta justo en frente tuyo como tu apartamento apenas se abrieron las puertas de la caja metálica.
Aún te quedaban 6 o 7 pasos por dar hasta la puerta, cuando oíste la puerta consecutiva a la tuya desbloqueándose y abriéndose.
Intentaste apresurarte a entrar a tu casa para no tener que saludar a nadie...

-¡Ah! ¡Tu debes ser la nueva vecina!- pero no fuiste lo suficientemente rápida.

De mala gana, giraste tu cuerpo lentamente sobre tus talones para encarar a tu vecino sin realmente molestarte en quitar tu seño fruncido, viendo a un chico de tu edad con una canasta de lavandería llena de ropa sucia entre sus manos, que fue dejada en el piso para extenderte la mano.

𝑴𝒊 𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 ❥︎ Eijiro Kirishima x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora