El elevador abrió sus puertas de metal en el onceavo piso, dejando salir al chico. Caminó hacia adelante, con la vista fija en el frente, tratando de reunir coraje, todo el que tuviera, todo el que le fuera posible.
Suspiró, dando los últimos pasos hasta llegar frente a la puerta. Se quedó parado ahí, sintiéndose dudoso, asustado, culpable; perdiendo todo el coraje que había acumulado hace menos de un segundo. Le costaba creer lo que había sucedido, tanto que no lo creyó hasta que se dio cuenta de que no estabas por ningún lado. Como si te hubieras esfumado, como si te hubieras ido, como si realmente no estuvieras ahí. Porque no estabas.
Escuchó un golpe al otro lado de la pared, y luego el sonido de vidrio rompiéndose y cubiertos callendo al suelo.
Entró en alerta, e intentó forzar la puerta a abrirse, mas ésta ya estaba abierta, por lo que se precipitó en el interior del departamento.Shion estaba sentado en la mesa para cuatro, en la que ahora faltaba una persona más. Su cabeza estaba gacha, y su mano estaba ensangrentada, rodeada de los pedazos de lo que alguna vez había sido un vaso. En su otra mano, su teléfono, que acababa de cortar una llamada, y en el suelo, los restos de una apetitosa comida.
-Akaneru-san...- murmuró el pelirrojo, adentrándose en el comedor- _____ fue-
-Eijiro- lo interrumpió el mayor- Dime que no le hicieron daño. Dime que no le tocaron un pelo cuando se la llevaron.
-Akaneru-san, yo... no lo sé. N-no estaba con ella... Debí haber estado con ella, yo- sus ojos se inundaron de lágrimas cuando tu padre se levantó de su sitio, tomó su cabeza protectoramente con una mano y la colocó sobre su pecho, abrazándolo, mientras que por su otra mano resbalaba la sangre de los tajos y cortadas.
-Por favor, no llores- pidió, haciendo caso omiso a sus propias palabras, derramando el mismo gotas saladas de sus ojos- Cuando ella vuelva, todo estará perfecto...
-U-Um... Shi-Shion-san, Kirishima-san- la temblorosa voz de Koharu se abrió paso en el cuarto mientras ella se ocultaba detrás de la puerta, y detrás de ella se asomaba Mizuki, con una expresión apenada y triste.
-Lamentamos la interrupción...- se disculpó el moreno.
-Está bien, muchachos- respondió amable, secando a medias sus mejillas y deshaciendo el abrazo con el pelirrojo.
-¡Ah, e-está herido!- la ojimorada corrió hacia el mayor, revisando su mano- Tiene pedazos de vidrio...
-No es nada, Koharu- acarició con ternura la cabeza de la chica- Solo fue un accidente con mi kosei.
-Como _____-chan...- todos callaron ante el comentario de Eijiro, mirando tristemente el suelo. Cerró fuertemente los puños, y alzó la vista con decisión- ¡La recuperaré, o no soy un hombre!- corrió hacia la salida del apartamento, mirando una última vez antes de salir a los tres que quedaban en el cuarto- Es una promesa.
Salió del edificio con su paso aún acelerado, tanto que cruzó las grandes puertas antes de que el portero pudiera despedirlo. Desató su chaqueta de su cintura y se la colocó, sacando del bolsillo de ésta su celular, que sonaba con una llamada entrante.
Suspiró al ver el nombre de Iida en la pantalla, intentando calmarse un poco antes de contestar.
-Iida-kun, ¿cómo estás?
-¿Qué Iida ni que nada?- habló una voz aguda del otro lado de la línea.
-¡Mineta-kun, exijo que regreses el teléfono a mi persona!- se escuchó a Iida, quien probablemente estaba haciendo muchos movimientos extraños con sus brazos.
-¡NO!- le gritó el enano, volviendo luego a la conversación- Oye, Kirishima, ¿tienes dinero en los bolsillos?
-Si, ¿por qué?
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𝑴𝒊 𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 ❥︎ Eijiro Kirishima x Lectora
FanficQuizás lo que te disgustaba era el ruido, el bullicio. Quizás eran los vecinos, o el ambiente en general. Quizás era que no te sentías en casa, que allí no había una pizca de nada que dijera "Este es tu hogar". O quizás era todo lo anterior. O quizá...