Gemelos

32: Encuentro

Dan se encontraba llegando a casa, había tenido una cita con el médico aquel y aunque la había pasado muy bien, tenía sus dudas al respecto, a veces pensaba que Fred tenía razón, quizás le estaba dando demasiada importancia al asunto sobre conseguir una pareja, sin embargo no podía evitarlo, de alguna u otra manera necesitaba llenar el vacío que sentía debido a su soledad.

El hombre procedió a mirarse en un espejo, examinando un poco su físico, pues pensaba que tenía el suficiente atractivo como para conseguirse algo realmente bueno tarde o temprano, su cabello rubio estaba peinado en forma de una cresta hacia un lado, a diferencia de Horacio, quien suele teñirse de distintos colores llamativos además de la cresta normal, esto se debía a que Horacio siempre había detestado su color natural de cabello pues le recordaba a su pasado, más específicamente lo relacionado con su madre.

Dan suspiró pensando que tal vez debería tomarse un poco de tiempo para sí mismo, distraerse con algo para evitar pensar en todo lo que le agobiaba, sin embargo no sabía que hacer, normalmente se limitaba a hacer todo lo que Fred, por lo tanto no solía pensar por sí mismo, fue entonces que un Dan bastante aburrido optó por salir nuevamente, solo que esta vez a trabajar un poco.

Sin embargo aún estando de servicio tampoco es que pasara la gran cosa, últimamente las cosas estaban bastante tranquilas por la ciudad, la tasa de criminalidad había reducido un poco, aunque desde luego eso no garantizaba que las cosas estuviesen marchando realmente bien entre las sombras.

Finalmente se decidió a ir a un badulaque para comprar algún aperitivo y ver si por casualidad se encontraba con alguien interesante, al poco tiempo Dan se hallaba sentado sobre el patrulla con café en mano, observando el tránsito de las calles, en eso escucho una voz que le habló, Dan al voltear se percató de que se trataba del comisario Volkov.

- Sub inspector ¿Cómo le va?

- Oh comisario pues bien podría decirse… ¿y usted?

- Pues igual, parece ser que las cosas están muy calmadas el día de hoy

- Exactamente… joder y yo que quería liarme a tiros con alguien

- Por lo visto a usted se le da bastante bien los tiroteos

- Por supuesto, ningún rufián sale ileso mientras yo esté a cargo – dicho esto Dan se señaló a sí mismo mientras mostraba una enorme sonrisa, pues no podía evitar alardear acerca de su talento

- Entiendo ¿dónde está su compañero?

- No lo sé, supongo que debe estar dando vueltas por la ciudad, el no está de servicio solo yo

- Ya veo de igual forma debería haber buscado a alguien que le acompañe a patrullar, ya sabe que los patrullajes se realizan de preferencia en binomios

- Si pero no conseguí compañero y tampoco quise llevar una mary… oh ¡ya sé! Oiga Volkov ¿usted tiene compañero?

- Bueno yo iba con el súper intendente, pero este repentinamente se marchó sin decirme a donde

- Entonces ¿Por qué no patrulla conmigo el día de hoy?

- ¿Lo dice en serio?

- Claro, estamos bien ¿no es así?

- Pues supongo que si

- Entonces no hay nada más que decir, andando hombre

Dan se apuró a abrir la puerta del vehículo, estaba un poco emocionado por tener un poco de compañía, Volkov por su parte aún se sentía un poco nervioso, desde su perspectiva era extraño estar hablando con aquel que le amenazó de muerte tiempo atrás como si nada, a quien tal vez podría considerarlo como una buena señal. Tal vez podría conocer un poco de aquel hombre, quien aparentaba ser bastante diferente a Horacio.