Gemelos

24: Un Hombre Necesitado De Amor

Dan se encontraba en el hospital, Fred había sido abatido en medio de un tiroteo, así que tenía que quedarse a esperar para saber su estado, desde luego que sabía que Fred saldría de esta, siempre lo hace por lo tanto no tenía de qué preocuparse.

Pará pasar el rato se dispuso a conversar con un médico de dicho hospital, este era un hombre al que llamaban doctor muerte, el tipo era agradable y no dudaba en contestar las preguntas que le hacía, Dan se cuestionaba si debería pedirle salir a aquel hombre, después todo el médico era apuesto.

- Oye Claudio ¿Quieres salir conmigo?

- ¿Cómo dice? – el hombre se había quedado un poco sorprendido ante lo directo que era aquel hombre – bueno… me gustaría

- ¿De verdad? Genial

- ¿Cuándo quieres la cita?

- Este viernes, claro si no hay inconveniente para ti

- No, ninguno

Dan mostró una sonrisa, el siempre se veía atraído por los hombres, aunque para su mala suerte nunca había tenido una pareja fija, sin embargo no se rendía a su esperanza de encontrar a alguien a quien pudiera llamar su persona especial.

Su gran defecto era que tendía a ilusionarse rápidamente con los chicos, Fred siempre lo había regañado por ello, explicándole que no debería hacer tal cosa. Pero claro Dan hacia oídos sordos, para así concentrarse en sus ilusiones amorosas, sabía que en cuanto le avise que saldría con el médico, el rubio lo regañaría nuevamente pero aun así debía decírselo.

Finalmente Fred fue dado de alta y camino hacia la sala de espera encontrándose con su mejor amigo sonriente, Fred conocía esa expresión “oh no aquí vamos de nuevo” pensó.

- Conozco esa mirada Dan ¿con quien está vez?

- Con Claudio el medico

- ¿El que tiene un tatuaje en el rostro?

- Si, ese mismo

- Dan ya hablamos de esto

- Sabes que no puedo evitarlo, tengo que encontrar el amor

- El amor llegará cuando tenga que llegar – Fred comenzó avanzar hacia la salida, seguido por Dan

- No puedo esperar tanto

- ¿Cómo sabes que tardará? Dan no te precipites, imagina que entras en un una relación y tiempo después conoces al amor de tu vida, no podrás estar con él porque ya estarás comprometido con alguien más

- No puede ser posible, porque la persona con la que inicie una relación esa debe ser el amor de mi vida

- Joder Dan, solo escúchate a ti mismo eres mas soñador que Horacio

- No me juzgues, si tu me abandonas ¿Qué será de mi?

- Ajá lo que digas, ahora llévame a casa

- Pero aun estamos de servicio

- Que le jodan al viejo, me dispararon y estoy agotado necesito descansar

- Esta bien, descuida

Dan condujo el patrulla hasta llegar a la casa que compartían ambos, Dan no era muy bueno manejando el patrulla, por lo cual era regañado por Fred, pues daba giros bruscos provocando que se golpeara el brazo que había sido curado hace poco.

- ¡Coño Dan! casi haces que deba regresar al hospital

- Lo siento… sabes que la mary se me da mejor que el zeta

- Me quedaré en casa, tu regresa a trabajar si quieres

- ¿Estarás bien?

- Solo me dispararon el brazo, no me lo arrancaron

- Vale, vale te dejo entonces

Dan condujo de regreso a comisaría, al ver que no había nada interesante que hacer se quedó a atender recepción, a distancia podía observar al joven Yuu conversar alegremente con Nikolai, Dan suspiró profundamente, el quería algo así, hace un tiempo atrás los había observado, puesto que Dan se sintió atraído por Yuu le parecía un chico encantador, pero al parecer este tiene algo con Nikolai, claro solo es una suposición pero aún así le causó descontento.

Ahora que lo pensaba habían personas a su alrededor que ya estaban formando relaciones, Gustabo con Conway, Volkov con su enamoramiento hacia Horacio, Fred el cual tenía la dicha de contar con dos pretendientes, incluso personas como la vieja Paqui que encontró a alguien igual de desagradable que ella, el caso era que Dan creía estar quedándose atrás, ciertamente comenzaba a desesperarse.

Mientras tanto Horacio se encontraba sentado en un parque cerca de la playa, estaba admirando las vistas, le gustaba sentir la brisa golpear ligeramente su rostro y revolver sus cabellos, podía observar las aves volar en grupo cosa que a él le provocaba nostalgia, recordando la primera vez que conoció a Gustabo.

Fue en una pequeña playa en el pueblo donde habitaban, jugaron todo el día en la arena, de inmediato se habían vuelto tan cercanos, recordaba haberle preguntado al rubio si había comido algo, teniendo como respuesta una negación por parte de este.

El pequeño Horacio se las arreglo para robar un poco de la comida que había traído su padre, para llevársela a su nuevo amigo, Gustabo comió de inmediato parecía una criatura feroz devorando el poco alimento que se le había ofrecido y cuando terminó dio las gracias, su rostro tenía migajas por todos lados, cosa que hizo a Horacio reír.

Cuando la tarde cayó el tenía que irse, pero no quería despedirse de su nuevo amigo, Horacio siempre tuvo problemas para conseguir amigos, pues los demás niños solo querían burlarse de él porque no tenía mamá, solamente eran amables con el cuando querían algo a cambio.

Sin embargo Gustabo no era así, el no lo estaba juzgando, no estaba pidiendo favores, solo sonreía mientras tomaba su mano seguido de un “juguemos” para Horacio la sonrisa de Gustabo era lo más bonito que había visto en la vida.

Pronto fue llamado por la voz de su hermano Dan, Horacio no quería regresar tan pronto por lo que se levantó del suelo para tomar de la mano al rubio y correr con el en busca de donde esconderse.

Al poco tiempo una voz llamaba a Gustabo, el antes mencionado susurro que se trataba de su hermano gemelo, Horacio se sorprendió y le preguntó si de verdad también tenía un hermano gemelo, al poco tiempo ambos rieron por la coincidencia, sin duda fue una noche especial, incluso consideraron que el regaño que vino después valió totalmente la pena.

Aquel día Fred y Dan también tuvieron su primer contacto y sintieron la misma conexión especial que sus hermanos menores tuvieron, desde aquel día sus vidas fueron unidas para no separarse nunca más.

Continuará...