31: Aniversario

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Gustabo se encontraba preparando algunas cosas las cuales se llevaría para su estancia con los mafiosos, Jack se había ido a su trabajo por lo cual el rubio tenía algo de tiempo para sí mismo, sentía algo de pesadez esto debido a cierta fecha muy importante en su vida había llegado.

Esta fecha se relacionaba con sucesos de su pasado, prácticamente el día en el que su más grande carga comenzó, nunca olvidaría esa fecha pues era el día en el su hermano del alma Horacio había caído bastante enfermo y por ello Gustabo tuvo contacto con la persona que le enseñaría el mal camino.

El rubio cerró la pequeña maleta, para proceder a mirarse en un espejo, su apariencia había cambiado mucho desde aquel entonces, aunque a pesar de ello sabía que sería fácil de reconocer por cualquiera de las personas con las que se involucró en su antigua vida después de todo ellos habían visto su cuerpo una infinidad de veces.

En momentos como ese, en los que tenía ese tipo de pensamientos era cuando se daba cuenta de que su antiguo jefe tenía razón, el peso de las cosas que hizo, tarde o temprano comenzarían a agobiarle, pero Gustabo creyó que no sería así, fue un error de juventud que cometió y desde hace poco comenzó a darse cuenta del gran significado que tenía.

Aunque también había algo más relacionado con aquella fecha, curiosamente también era el aniversario de cuando se marchó del pueblo donde creció y por ello, la última vez que habló con la persona que tanto amaba en ese entonces.

Había hecho tantas cosas mal… pero lo que más lamentaba fue haberle mentido a él, durante mucho tiempo y el haberlo abandonado sin explicación, era algo que le dolió bastante en su día.

Gustabo simplemente suspiró profundamente para tomar su maleta y salir de la casa de su actual pareja, el rubio quería dar una pequeña vuelta en casa de su hermano, pues ahí se encontraban algunas cosas que Gustabo quería conservar cerca de él, al menos hasta que la fecha en cuestión pasará.

Al llegar, Gustabo se encontró con su hermano, Dan y Horacio quien estaba de visita, Gustabo simplemente saludó y explicó que sólo venía a buscar algunas cosas que había dejado en el lugar. Los chicos le dejaron proseguir con lo suyo, aunque Horacio tuvo una expresión de tristeza pues el sabía perfectamente lo que estaba sucediendo con su amigo, sabía la razón del desánimo de Gustabo.

El rubio finalmente pudo ingresar a la que fue su habitación tiempo atrás, por suerte las cosas parecían estar intactas, tal y como estaban cuando aún vivía ahí, el hombre fue hasta el armario rebuscando en el fondo para sacar unas pequeñas cajas, realmente agradecía que Fred nunca las haya tirado, pues dentro de ellas habían cosas que eran de su antigua vida, fotografías, cartas, incluso un par de teléfonos, de los cuales uno ellos tenía la pantalla rota, al seguir revisando encontró unas gafas rotas, Gustabo las tomó y las presionó contra su pecho, esas gafas eran de gran valor sentimental, por ello nunca quiso deshacerse de ellas, aún siendo inservibles. Gustabo sonrió para proceder a colocarlas de nuevo en una de las cajas, acomodó todo de nuevo y empacó sus recuerdos en una sola caja para tomarla en sus manos e ir hacia donde su hermano y sus amigos.

- ¿Qué tanto traes ahí? – cuestionó Fred al verlo llegar

- Solo unos recuerdos ¿quieres ver? Supongo que ahora sí puedo mostrártelos

- Esta bien

Gustabo abrió nuevamente la caja sacando el contenido, Fred no dudó en observar lo que su hermano estaba enseñando, Horacio y Dan también prestaron atención.

- Esto es… - Fred tomó las fotografías con sus manos – son fotos tuyas con ese sujeto ¿Dónde tenías esto?

- Las guardé celosamente durante años, sabía cómo te hubieses puesto de sólo ver esto

- Si las hubiese visto, seguramente las habría quemado…

- ¿Tanto lo odiabas?

- En realidad no… es decir ni siquiera me tomé la molestia de conocerlo… aún cuando se veía que él era tu felicidad

- Mira esto de aquí – el chico señaló el teléfono y las gafas - ¿recuerdas esto?

- Oh Dios… si lo recuerdo perfectamente… yo mismo les hice eso, Gustabo fui muy estúpido contigo

- No importa… eso quedó en el pasado, aunque a veces suelo mirar hacia atrás de vez en cuando, no tienes nada que lamentar

- Gustabo… ¿cómo era el? ¿Qué tenía de especial? Tanto como para que me desobedecieras

- El teniente… bueno era un hombre bastante correcto, era muy amable aunque también podía ser muy sobre protector, algunas veces me recordaba a ti jajaja – Gustabo bajó la mirada hacia las gafas – el era muy observador, no se le escapaba absolutamente nada, el me regaló esas gafas en una de nuestras citas, aún recuerdo su sonrisa… la forma en la que solía cuidarme, créeme que él te superaba en eso de reprenderme, el era el primero en hacerlo

- ¿Eso era siquiera posible?

- Aunque no lo creas, tal vez si las cosas hubiesen sido distintas… tu y él se hubiesen llevado bien

- Yo lo arruine todo…

- Ya te dije que no importa ya, yo me siento bien con mi actual vida, tengo un buen empleo, una pareja, y tu y yo nos llevamos mejor, seguramente a él también le fue bien, tal vez se casó y vive retirado en el campo, tal como soñaba… era un hombre bastante tranquilo ¿sabes?

- Espero que sea así o de lo contrario, me pegaré un tiro por la culpa

- No es para tanto hombre – Gustabo le brindó un pequeño puñetazo amistoso a su hermano

Horacio y Dan quienes hasta el momento habían permanecido en silencio, sonrieron al ver que la escena no se torno en algo deprimente como pensaban, ambos siempre fueron testigos de todo el desastre de los hermanos García.

Finalmente Gustabo se marchó del lugar junto a Horacio, pues ya era hora de ir hacia la sede, debido a que Emilio le había avisado que Xiaomi le estaba solicitando que procediera con la mudanza en ese día.

Gustabo lamentaba no haberse despedido de Jack, pero sabía que era lo mejor, pues era casi seguro que el pelinegro no le dejaría ir, ciertamente el rubio odiaba tener que mentirle al que se supone que sería su esposo, sin embargo consideraba que era por el bien de la misión.

- Gustabo ¿estas bien? – cuestionó Horacio

- Si, por supuesto, si es por lo del pasado, nada va a afectarme

- Ya veo… ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea

- Gracias… ¿ya llevaste tu equipaje?

- Si, en la mañana, Gringo me acompañó

- Que bien, solo espero que todo esto salga bien

- Ya veras que así será Gustabo

El rubio mostró una sonrisa para proceder a enfocarse en su camino, tenía que aprender a decirle adiós a su pasado de una vez por todas, no podía seguir por la vida arrastrando el pasado y la culpabilidad de sus acciones, tenía una nueva oportunidad, por ello debía hacer las cosas correctamente y no cometer los mismos errores.

Continuará...

No estaba muerta, andaba de parranda jajaja

GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora