21: Coqueteo

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Gustabo despertó en la cama de su ahora prometido, el ya se había levantando para ir hacia su trabajo, quedándose Gustabo completamente solo, así que enseguida se levantó para asearse y ver que podría hacer para perder el tiempo, al final no habían planeado nada acerca de la boda pues la pareja acabó bastante cansada de su noche de celebración, el rubio salió del baño para recostarse en el sofá mientras revisaba su teléfono, encontrándose con unos mensajes de Emilio.

“¿Qué tal guapo?”
“ven a la ubicación que te mandaré en breves, los chicos quieren verte”
“no tardes bb”

Gustabo se levantó en seguida para ir en camino, guardó su anillo en su auto, para evitar problemas, una vez llegó a la ubicación se encontró con Emilio el cual se acercó de inmediato para darle la bienvenida.

- Me alegro de verte reinita

- Yo también guapo, dime ¿Qué hay que hacer hoy?

- Solo daremos un recorrido y te explicaremos algunas cosas de importancia en este negocio

- Entiendo… pero vine solo, no traje a Horacio

- El ya está aquí no te preocupes

- ¿En serio?

- Si así que adelante, vayamos con los demás

Horacio se encontraba sentado en el piso mientras revisaba twitter, le gustaba ver como las personas se peleaban constantemente o solían decirse sus verdades por ahí, incluso recordaba la vez en la que el mismísimo Jack Conway inició una guerra entre los miembros del CNI y los ciudadanos por medio de esa red social, Horacio sólo una risa al recordarlo.

- ¿De qué te ríes? – habló Gringo

- ¿Cómo?... No te había visto – Horacio estaba sorprendido por la presencia del hombre, el cual estaba sentado a su lado - ¿cuánto tiempo llevas ahí?

- No mucho rato la verdad… oye ¿Cómo haces para mantener esa cresta? – pronunció acercándose a Horacio para tocar su cabello – es asombrosa, cada vez que nos vemos la traes de diferente color

- Si… me gusta arreglármela constantemente… suelo gastar mucho dinero en mi cabello o en comprarme ropa

- Eso puedo intuirlo siempre traes ropa que esta de puta madre, de hecho me gusta tu atuendo el día de hoy

- ¿En serio?

- Yo no miento, dime ¿te gustan los kebabs?

- ¿A que viene esa pregunta?

- Tu contesta, es importante para mi

- Si… me gustan, son bastante buenos

- Genial ahora me caes incluso mejor – el hombre de rastas se acercó al rostro de Horacio mirándolo fijamente – seamos camaradas

- Estas… muy cerca – habló Horacio tratando de alejar su rostro

- ¿Qué tiene? ¿Acaso eres tímido? – susurro acercándose cada vez más hacia el rostro de Horacio, sus labios estaban por rozarse, en eso una voz se hizo escuchar desmoronando el momento de tensión

- Gringo, Nadando te está buscando – habló repentinamente un hombre el cual se hacía llamar Macaco

- Ya voy – el hombre se levantó de suelo para ir con él

- Esto es extraño... – susurró para sí mismo Horacio, en eso vería a Emilio junto a Gustabo acercarse

- Horacio ¿así que ya estabas aquí?

- Si… Gringo fue quien me habló por teléfono para avisarme ¿dónde haz estado?

- Luego te cuento fue un día algo intenso, en fin Emilio ¿vamos?

- Tranquilo no se me desespere, que Nadando esta organizando todo

- Oye Emilio, solo es curiosidad ¿Qué pasó con los tipos a los que vigilamos la última vez? – preguntó Horacio

- ¿Esos pendejos? Están todos muertos

- ¿De verdad?

- Claro cabron ¿usted cree que nosotros nos andamos con mamadas? Al día siguiente de aquello nos organizamos y el resultado fue que ellos parecían colador de tanto agujero jajaja

- Ya veo… - Horacio miró hacia el suelo, realmente le asustaba la idea de ser asesinado de esa forma

Las horas transcurrieron, la mafia les habían brindado un recorrido hacia varios puntos en los cuales usaban para sus operaciones, al parecer ambos ya estaban cada vez más cerca de pertenecer a la organización, Nadando como de costumbre era quien más explicaciones daba, el jefe de la organización no se encontraba en el lugar pero le aseguraron a ambos hombres que llegaría el día en el que lo conocerían.

Gustabo escuchaba atentamente cada palabra en busca de obtener lo más importante de aquella información, Gustabo presentía que al menos el se estaba ganado poco a poco la confianza de Nadando, después de todo el hacia lo que le ordenara sin rechistar, no hacia preguntas de más, era el tipo de hombre que le era de utilidad a aquellas organizaciones.

Una vez terminó el recorrido, Gustabo se quedó conversando con Emilio, desde luego el hombre moreno intentaba realizar acercamientos hacia él, Gustabo simplemente le dedicaba miradas coquetas con el fin de atraerlo aún más.

- Gustabo… dime ¿tienes planes el día de hoy?

- ¿Por qué preguntas?

- Pues me gustaría continuar con nuestra reunión pendiente

- Tranquilo hombre, aún es muy pronto, no vas a llevarme a la cama tan fácil - Gustabo acercó sus manos tomando el rostro del hombre

- Si sigues provocandome así, no tendré piedad cuando llegue el día en el que seas mío - Emilio tomó las manos del rubio para besarlas

- Asumiré las consecuencias con gusto - desde luego que Gustabo mentía, no quería romper su promesa, así que solo jugaba con aquel hombre

Emilio por su parte, estaba llegando a su límite, cada vez deseaba más y más a su amigo, el hecho de que este hombre sólo lo seducia para después dejarlo con las ganas, era algo que lo desesperaba completamente.

Continuará...


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