POV Jairo
Me removí incómodo en el sillón de la habitación de Luca, había un sonido que me tenía loco.
-Atiende ya, cabron.- dije adormilado.
-No puedo imbecil, el teléfono está del lado de mi brazo herido ¿como pretendes que lo haga?- abrí los ojos.- vaya cuidador de mierda eres.- bostecé y me levante de mi lugar. El teléfono de la habitación estaba sonando.
-¿Hola?- respondí luego de levantar el tubo.
-¿Se encuentra allí el señor Torres? Me han dicho que es el acompañante de esa habitación.
-Soy yo.- respondí pasando una mano por mi cara. En verdad estaba cansado, el sueño aún no se había ido del todo.-¿Pasó algo con mi esposa?- me despabile en segundos.
-No, con ella no. Pero le necesitan en emergencias.- fruncí el ceño. No entendía por qué me necesitaban allí.- Antonio el médico me ha dicho que le llame y le diga que busque a una tal Gloria.- indicó. Mi corazón comenzó a latir fuertemente, un feo presentimiento se instaló en mi pecho.
-¿No sabe que es lo que sucede?- cuestione nervioso.
-No señor, solo se que lo esperan en emergencias.- asentí como si me estuviese viendo y la llamada termino.
-¿Que ha pasado?- Luca estaba un poco mejor, al menos tenía un poco más de color en su piel.
-No lo sé, me llaman desde emergencias.
-¿Stella?
-No, Stella está en terapia intensiva. Eso es lo extraño, no se quien me podría necesitar en emergencias.
-Pues ve, estás demorándote.- acaté su orden y salí de allí pitando. Estaba muy preocupado, había enviado a Ortega con Elidia, de seguro algo malo había pasado.
Corrí por los pasillos aunque no se permitía hacerlo, no tenía interés de escuchar a alguien regañarme. Trate de controlarme, esta estadía aquí estaba siendo aterradora.
Me detuve en la puerta y observe el lugar en busca de Gloria, ella por algún motivo estaba aquí y eso no me dejaba para nada tranquilo.
Me acerqué a ella en cuanto la vi, lloraba, lloraba mucho.-¿Que ha pasado?- pregunte agitado, correr tal vez no había sido la mejor idea. Ella se abalanzó sobre mi y me abrazo con sus pequeños brazos.- Gloria, habla por favor, me estas asustando.
-Ella...nosotros...Antonio...-No podía empezar ni terminar ninguna oración, se ahogaba. Lo que hacía ponerme más nervioso.
-Tranquila.- la separé despacio de mi y le di espacio.- respira profundo, trata de tranquilizarte así me explicas que ha pasado.- ella limpio su rostro que se encontraba totalmente rojo.
-Ha sido Raquel.- dijo el nombre de la abuela de Stella y mi corazón se detuvo.
-¿Que ha pasado con Raquel? Joder...-está vez era yo quien estaba perdiendo el control. Gloria no pudo evitar soltar varias lágrimas más.- habla, por Dios.- insistí.
-Le ha dado un infarto.- le mire sin poder creerlo.- estábamos en su casa, Antonio me dijo que no le diga nada de lo que había pasado, que era muy fuerte, pero no le hice caso, ella tenía derecho a saber lo que sucedía con su nieta.- busqué un lugar para sentarme, otra vez las piernas se me aflojaron.
-Ella está...¿Ella murió?- pregunte con un hilo de voz y puse mis manos sobre mi cabeza, lo que sucedía era la peor mierda de todas.
-No lo sé, Antonio ha ingresado con ella a la sala de reanimación, pero yo no la he visto para nada bien, le estaban haciendo rcp.- Gloria se acercó a mi.- Stella no me lo perdonará jamás. La he cagado.- comenzó a llorar de nuevo y se sentó a mi lado. La abrace, era lo único que podía hacer. Todas las palabras que podría decir ahora mismo estaban de sobra.
Pensé en Stella, si algo le pasaba a esa mujer ella no lucharía más. Se rendiría en cuestión de nada, le conocía. Y por un minuto y aunque me sentía mal por ello, me alivié de que mi esposa estuviese en coma. No se enteraría de nada de esto.
Pasaron cincuenta minutos exactos desde que llegué a emergencias, lo sabía porque estaba controlando constantemente el reloj que allí había. Antonio se acercó a nosotros totalmente agotado.
-Gloria, Antonio está aquí.- le sacudí levemente para despertarla. Ella le había pedido un sedante leve a una de las enfermeras. Podía llegar a entenderla, no teníamos descanso con las emociones y los nervios.
-Cariño...-se levanto de su lugar apresurada y corrió a abrazarle. Yo fui tras ella pero mantuve un poco de distancia, necesitaba aire fresco, ya estaba agobiado.
-Gloria, necesito que te sientes.- indicó Antonio.
-¿Por que? Dime lo que tengas que decirme ahora.- ordenó.- no necesito sentarme, ha salido todo bien ¿no?- pregunto con esperanza. Antonio le miro serio y yo me posicione detrás de ella con el presentimiento de que se desmayaría en cuanto él hablara.
-Raquel ha muerto, no he podido hacer nada al respecto.- suspire fuertemente, esto era mucho.
-¿Que dices Antonio? ¿De que mierda hablas?- Gloria perdió el control.
-Quiero que te sientes y me escuches bien.- habló claro el médico. Ella sin creer lo que le contaban camino hacia donde estaba sentada y se acomodó sobre la silla.- Raquel ha muerto, Gloria. Su infarto ha sido fulminante.
La cabeza comenzó a dolerme y me sentí mareado, no entendía que era lo que sucedía aunque haya escuchado claramente hablar a Antonio. Me senté junto a Gloria que aún no caía en nada.
-¿Es definitivo?- hice una pregunta estupida.
-Si Jairo, es definitivo. Ha muerto hace quince minutos. Hemos hecho todo lo posible para mantenerla con vida pero su cuerpo no ha aguantado.
-Joder...-cubrí mi rostro con mis manos. No sabía cómo le diría esto a Stella cuando despierte, destruiría su corazón completamente.
-Ha sido mi culpa, si tan solo no hubiese abierto la boca.- Gloria comenzó a llorar desesperadamente y Antonio la abrazó.
Esto se estaba poniendo cada vez peor, no sabía si era una prueba de la vida en mi contra o que, pero el tiempo se volvía tan doloroso cada vez que avanzaba. Había perdido todo el sentido de orientación, definitivamente no sabía cómo seguir a partir de ahora, estaba a ciegas.
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La chica del expediente II
RomanceDespués de cuatro años de matrimonio, Stella cree que todo va de una forma espectacular. Pero nada más lejos de la realidad, los problemas aumentan, el peligro aumenta y su relación con el ahora comisario Torres, prende de un hilo gracias a una nuev...