-Unidad dos, estamos acercándonos a la ubicación, el objetivo está por cumplirse.- dijo Luca a través de la radio de una patrulla.
-No te olvides de decirles que ya no necesitaremos los francotiradores, ¿o si?- habló mi marido desde el asiento de adelante.
-Tal vez si.- dije siguiéndoles la corriente. Ellos se observaron entre sí nerviosos.
-Aumentaré los francotiradores.- Pronunció Luca.
-Diles anda, ¿pueden enviar un helicóptero para una investigación aérea?
-Necesitaremos mas francotiradores y un helicóptero para investigación aérea.- comunicó el conductor.
-Agente Gonzales, sabemos que se encuentra con el comisario Torres, ¿en serio será necesario todo esto?- preguntó una mujer desde la misma radio.
-Será totalmente necesario.- apoyó Ortega desde otra radio.- unidad siete, he cortado el tránsito, unidad dos tiene el camino libre.
-Es mucho.- aseguré.
-Estamos por llegar.- dijo mi marido mientras preparaba su arma.
-En serio volverás a terapia por esto, hablaré con Santos.- dije tranquila.
Ingresamos al garaje de la casa y se quedaron en silencio.
-No salgas de aquí hasta que no te lo diga cariño.- Jairo bajó del auto al mismo tiempo que Luca. Rodé los ojos y abrí la puerta que me correspondía.- Stella, sigue el protocolo.
-Irás con Santos y tú también Luca.- alcé la voz.- guarden esas mierdas de armas, mi hija esta aquí.- di la vuelta al coche y abrí la otra puerta, quité del vehículo a la niña que se encontraba en su silla de seguridad.- Ya hemos llegado, quita a todos esos policías de mi casa, joder.- ingresé a la casa y me encontré con un equipo táctico.- Se van.- hablé histérica.
-Retírense señores, hemos cumplido con el objetivo, la niña ha llegado a salvo.- gritó Luca.
Milagrosamente mi hija no se despertó por el ruido. Salían policías de lugares impensados y observé a los dos subnormales que se me habían puesto de frente a mi. Un chico joven, con uniforme de cadete se acercó a mi marido.
-Aquí esta lo que ha pedido comisario.- dijo alcanzándole un ramo de flores y una caja de bombones.
-Ahora no López, vete.- Jairo jamás quitó la mirada de mis ojos.- Lo siento cariño, en serio.- en ese momento todos nuestros allegados salieron de su escondite, aparte de un operativo policial parecía que habían organizado una fiesta. Raquel comenzó a llorar por el ruido en exceso y la miré.
-Iré a nuestra habitación, ha sido mucho para su primer día aquí.- camine con la silla entre mis brazos y me retire del lugar.
Todo quedó en silencio y lo agradecía, traté de calmar a la niña lo mejor que pude, aún no terminaba de acostumbrarme.
-¿Se ha dormido?- preguntó en un susurro Jairo mientras ingresaba a la habitación. Había demorado un poco en aparecer, de seguro se estaba encargando de disolver el operativo que se había montado.
-Aún no, tiene un poco de hambre.- la observe mientras se alimentaba de mi, éste era uno de los momentos del día que mas me gustaba, nunca había tenido una conexión tan fuerte con alguien. Jairo se sentó a mi lado.
-Stella, yo lo siento, en serio. Pensé que las cosas saldrían mejor.- siguió hablando en el mismo tono, no quería asustar a nuestra hija. Yo aún mantenía mi vista sobre ella.- He leído en uno de los libros para padres primerizos que podrías llegar a tener depresión post parto, así que quise darte una linda sorpresa, para que no te sientas tan mal en tu primer día aquí.- explicó.
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La chica del expediente II
RomanceDespués de cuatro años de matrimonio, Stella cree que todo va de una forma espectacular. Pero nada más lejos de la realidad, los problemas aumentan, el peligro aumenta y su relación con el ahora comisario Torres, prende de un hilo gracias a una nuev...