Capitulo 9

302 36 6
                                    

-Respira Stella, por Dios.- Gloria sobó mi espalda y yo sentía que me moriría ahí mismo.- Antonio haz algo, eres médico.

-Stella, mírame.- Antonio se detuvo frente a mi y observo mi horrible rostro en llanto detenidamente. No podía abrir los ojos, estaba teniendo un ataque de pánico.- respira, trata de respirar despacio.

-Lo voy a matar, juro que lo mataré en cuando me cruce con esa basura.- dijo Gloria enojada mientras caminaba de un lado a otro.

-No la estás ayudando cuando dices esas cosas.- Antonio me hizo aire con una revista para que pudiera respirar mejor.

Cada vez que recordaba a Jairo el mundo se me venía abajo, estaba en la mierda, porque Jairo estaba en mi interior de todas las formas posibles.

-Traeré un tranquilizante, nada hará que se calme así que recurriremos a la ciencia.- Tonio se retiró del lugar rápidamente y mi amiga se acercó a mi para envolverme en sus brazos.

-Tranquila cariño, estoy aquí, estaré aquí siempre, lo juro.

-Él me ha engañado.- dije en cuanto pude respirar. El dolor en mi pecho no se calmaba.- ha puesto mi incapacidad para ser madre como excusa Gloria.

-Es un maldito inútil.- dijo mi amiga con rabia.

-Aquí está el medicamento, tómalo.

-Antonio.- trate de hablar preocupada.

-Tómatelo Stella, te hará bien.- me alcanzó un vaso de agua pero no quería tomar la pastilla.- Stella, por favor, mira cómo estás.

-¿Si ingiero esto le hará mal a mi hijo?.- ambos me observaron atónitos.

-Está delirando, ha comenzado a delirar, haz algo.- chilló mi amiga.

-Gloria, calla.- la detuve.- Antonio, estoy embarazada y es en serio, no estoy delirando ni nada por el estilo.- él asintió lentamente tratando de comprender lo que decía.- Si me tomo esto ¿Puede llegar a hacerle mal al niño?- pregunte tratando de calmarme.

-No, solo te tranquilizará.- se cruzo de brazos y miro a Gloria, ésta aun salía de su sorpresa.

-¿Tu estás...? ¿como puede ser posible?- camino shockeada hacia uno de los sillones y se sentó allí.

-Gloria ¿Estás bien?- pregunto Antonio. Yo bebí un poco más de agua.- ¿Quieres un tranquilizante?- le ofreció y ella asintió lentamente. Tony se lo alcanzó y ella se lo tragó, sin agua. Mi amigo nos observo a ambas, creo que no podía identificar quién estaba peor.- okey haremos esto...irán a la habitación y se recostarán juntas, en poco tiempo van a dormirse así que no se preocupen, estaré aquí para cuidarlas.- Gloria no hizo ningún gesto y yo solo asentí. Él nos acompañó a ambas hacia su habitación y nos acostamos juntas, necesitaba a mi amiga por sobre todas las cosas.

-¿En serio seré tía?- pregunto abrazándome.

-Si, al final el aborto fue una falsa alarma.- ella suspiró, como si sus músculos y todo su cuerpo se hubiesen relajado.

-Estaré para ese bebé siempre, será nuestro pollito.- acarició levemente mi vientre y la observe, se estaba durmiendo al igual que yo.

-¿Me estás diciendo gallina?- pregunte en tono de burla, me había relajado tanto que ya no me importaban tanto los problemas.

-Cuac cuac.- habló ella con los ojos cerrados y solté una pequeña sonrisa.

-Eso es un pato, estupida.- tambien sonrió y luego de eso, nos quedamos profundamente dormidas.

-¡Déjame entrar!- escuche gritos y me desperté, Gloria aún seguía durmiendo así que solo me quede a su lado tratando de descifrar que era lo que sucedía.

-No entrarás, si quieres hacerlo entonces tendrás que venir con una orden de allanamiento.- alzo la voz mi amigo. Podía comenzar a imaginar que era lo que sucedía.

-Antonio, dejame entrar a ver a mi mujer, por favor.

-Evítale más disgustos y vete de aquí Jairo, ya la has cagado lo suficiente.- solo rogaba por que a Antonio no se le ocurriera decirle que estaba esperando un hijo suyo, ya no quería que lo supiera. Iba a proteger a mi bebé de la toxicidad de su padre.

-Eres mi amigo, por favor, hazme solo ese favor.- sentí como Torres rogaba.- si me tengo que poner de rodillas lo haré, pero por favor déjame entrar a verla, necesito saber si está bien.- sabia que estaba llorando, su voz no era la de siempre.

-Déjala en paz Jairo, después de lo que has hecho no te mereces ni siquiera respirar el oxígeno a su alrededor.- Antonio suspiro tan fuerte que se escuchó desde donde estaba.- la protegeré siempre y sabes que lo haré. Así que retírate de aquí, evitemos golpearnos. 

-¿Puedes decirle aunque sea, que la amo? Y que lo siento, que estoy muy arrepentido de todo esto, lo juro.- sentir su llanto también me hizo llorar a mi. No entendía como había sido posible que termináramos así, nos amábamos, no entendía por qué tuvo que estropearlo todo.
Yo estaba convencida de que era suficiente para el, que no necesitaría a nadie más, luchaba todos los días por ser mejor persona para él y me ha pagado de esta manera.

-¿Que pasa?- pregunto Gloria adormilada, yo ya no podía controlar mis lágrimas. Todo esto me estaba haciendo mal.- Stella cariño...- ella se acercó a mi y me abrazo.- tranquila, no llores, todo estará bien.- acarició mi cabello delicadamente.

-Véte de una vez Jairo.- habló enojado Antonio, creo que ya se estaba cansando de toda esta situación. 

-¿El está aquí?- A mi amiga se le fue todo el sueño de repente, asentí aún sin poder controlar mis lágrimas.- jodido cabron.- se levantó de la cama tan rápido que a penas pude darme cuenta. No iba a ir tras ella, no tenía las energías suficientes.

-Gloria no.- pude saber qué Antonio estaba evitando que mi amiga golpee a Jairo, ella estaba tan enojada.

-No quiero verte aquí, eres un maldito desgraciado que te has aprovechado de lo buena persona que es mi amiga para engañarla.- grito y yo me acurruqué en la cama, quería que todo esto terminara de una vez.- véte de aquí idiota, no quiero verte cerca de ella porque te juro que te mato ¡Suéltame Antonio!- estaba totalmente furiosa.

-Yo lo siento Gloria, no he querido hacerlo.

-Véte ya, por favor.- La voz de Tony sonaba a que estaba haciendo mucho esfuerzo físico, podía imaginar a Gloria forcejeando con él para ir a golpear a Jairo.

-Te acercas de nuevo a ella y yo misma me encargaré de denunciarte, eres una basura Jairo Torres y te has vuelto nuestro peor enemigo a partir de aquí. ¡No vuelvas a pisar mi casa!- Gloria siguió gritando hasta que se escuchó un portazo, todo quedó en silencio, como si nada hubiese pasado.- dame otro calmante.- habló mal.

-Ha sido suficiente.- dijo Antonio.

-Dame otro puto calmante Antonio, o el próximo en irse serás tú.- ordenó. La casa volvió a quedarse en silencio y después de varios minutos mi amiga apareció en la habitación.- todo estará bien, me encargaré de ello, ahora solo descansemos.- se volvió a acostar a mi lado y me abrazo. Pude observar cómo esa fiera que llevaba dentro se calmaba con el correr de los minutos hasta que se durmió, otra vez.
Ella si que era una como una hermana para mi, nunca me ha fallado, realmente esta persona era un regalo del cielo.

La chica del expediente IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora