Capitulo 29

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POV Jairo

-Corre, coño. Puede estar pasando cualquier cosa ahora mismo.- íbamos por la acera, había estacionado el coche horriblemente mal, mas que en cualquier otro tipo de ocasión.

-Nos pondrán una multa.- dijo Luca agitado mientras ponía el móvil en su oreja.

-Me importa una mierda las multas ¿Qué haces?- empujé levemente a un hombre que estaba en mi camino.

-Llamo a Gloria, ella iba a venir mientras tu no estabas.- lo había olvidado, quería estar con su amiga, aunque podía verla solo unos minutos.

Seguimos avanzando rápidamente entre la gente, estaba desesperado por llegar.

-Hola, Gloria ¿Estás con Stella?- pregunto tenso mientras trataba de correr, su brazo le dificultaba.- ¿estas ahí? ¿en el mismo piso? ¿que? espera, no logro escucharte bien.- rodé los ojos.

-Pregúntale si ha entrado. Si hay alguien mas allí, no sé, pregúntale algo, joder.

-¿Estas en su piso?- le miré y asintió para trasmitirme la respuesta.- ¿Hay alguien mas contigo?- volví a mirarle e ingresamos al hospital por fin.- ¿Quien?¿Quien es?

-¿Que pasa?- presione los botones del ascensor, pero como siempre, todos estaban ocupados.

-¿Quien es ese hombre?- cuestionó Luca y mi corazón comenzó a latir rápidamente.- ¿Has dejado entrar a un extraño con ella?- le miré vacilante, no podía ser.

-Subiré por las escaleras, avisa a seguridad.- ordené y comencé a correr.

Al tomar las escaleras sentí que no terminaban jamás, Stella estaba en el piso diez, tenía que hacer todo un esfuerzo para llegar a allí cuanto antes. Quite mi arma de mi cintura y seguí subiendo. Le grité a varias personas que se apartaran de mi camino, hoy no era un buen día para cruzarse conmigo.

En el piso siete deje de sentir las piernas, pero no iba a detenerme, eso jamás. Traté de respirar correctamente, como me lo habían enseñado en la academia. Estos momentos de adrenalina normalmente te cortan la respiración y no hay que dejar que eso suceda. Respirar bien no permitía que me maree, la falta de aire podría lograr eso y mas.

Al llegar al nueve una corriente de energía recorrió mi cuerpo, estaba ansioso y nervioso. Sentir que estaba llegando no ayudaba mucho a calmarme.

Cuando pise el suelo del piso diez me detuve tan solo por unos segundos, quería observar todo a mi alrededor y encontrar algo fuera de lugar.

-Jairo, escucha, no es alguien peligroso.- dijo Gloria abalanzándose sobre mi.

-Hablaremos de esto luego, en serio quiero hablar de esto contigo.- advertí mientras caminaba apresurado.

-Es amigo de Stella, no es malo, en serio.- trató de seguir mis pasos.

-Stella no tiene amigos que yo no conozca, lo sabes.

-Esta vez te equivocas, no le hagas daño, ella está ahí y la asustarás.

-¿Él está adentro? Joder Gloria.- me tensé y preparé mi arma.

-Jairo, no lo hagas.- me detuvo justo antes de que abriera la puerta.- no es necesario.- se paró frente a mi, justo antes de la puerta.

-Tu amiga esta en peligro, la puta mafia nos ha amenazado con alguien dentro del hospital, muévete o en serio me encargaré de ti de una manera que no te gustará.- apreté los dientes, cuanto mas demoraba, mas era el peligro que Stella corría.

Se movió a un costado e ingresé a la habitación de manera agresiva. Estaba tratando de no soltar toda mi rabia en lo que hacía, pero nada resultaba.

-Aléjate de ella o te disparo cabrón.- apunte con mi arma al hombre con el traje especial que se encontraba al lado de mi esposa.- retrocede despacio.- indiqué.

El hombre retrocedió lo mas despacio que pudo y alzo las manos. Traté de observar su rostro pero la mascarilla no me dejaba. Me abalancé sobre él y le empuje contra la pared.

-Estas detenido, puedes llamar a un abogado después de que te rompa la cara.- torcí sus brazos hacia atrás y me dispuse a esposarlo.

-¡No entren! ¡Por favor!- escuché a una mujer gritar. Dirigí mi mirada hacia la puerta y observé a varios guardias, Gloria, Luca y una medica.- Es una zona esterilizada ¡nadie tiene sus trajes puestos y no puede haber tantas personas adentro!

-Lamento haber causado esto, yo solo quería verla.- habló aquel tipo y apreté mas sus brazos. La rabia estaba comenzando a salir de mi y esta vez no podría controlarla. Lo separé un poco de la pared y volví a empujarlo haciendo golpear su cabeza contra la solida superficie.

-Comisario, ha cometido un gravísimo error. Tiene que salir de aquí cuanto antes.- observé a la doctora que me hablaba desde la puerta. Escuché varios monitores realizar diferentes sonidos y voltee mi cabeza para ver a Stella. Ella había despertado y nos observaba horrorizada.

-Todo esta bien, cariño.- le aseguré mientras mantenía al hombre contra la pared. Ella trató de moverse pero no podía, los medicamentos la dejaban débil, así que se desesperó, como siempre.- Stella, tranquila.- alcé la voz para que solo se concentrara en mi pero no resultó. Los monitores comenzaron a sonar cada vez mas.- ¿Qué le has hecho cabron? ¿Le has inyectado algo?- pregunte forzando mi agarre, pude escuchar como una de sus muñecas se fracturaba pero aun seguí presionando y el gritó.

-Tienen que salir de aquí ¡ahora!- gritó un medico que ingreso al lugar con su traje especial.- Torres, estas sin protección ¿sabes cuantos virus y gérmenes han podido llegar a Stella? Sal de aquí y llévate a tu detenido.- el medico me empujo y yo arrastré al individuo conmigo.

Mire por ultima vez a mi esposa, muchas lagrimas salían de sus ojos y me detuve, tenía que ir con ella.

-Mi amor...- solté al sujeto y avancé hacia ella.

-No, vete o haré que te detengan a ti.- advirtió el doctor mientras revisaba a Stella. Ella comenzó a luchar para quitarse el tubo y debieron atarla a la camilla. Un horrible dolor se instaló en mi pecho, sabía que esos movimientos bruscos tarde o temprano le afectarían.

-Vamos Jairo.- escuché a Luca hablar y luego sentí como tiró de mi ropa. Reaccioné después de varios segundos y salí de la habitación, había cometido un error al entrar sin protección, al final de cuentas yo también le estaba haciendo daño.

La chica del expediente IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora