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~Capítulo 12~

Richard

Martes por la mañana, el instituto Washington por primera vez en el año se encuentra casi vacío. Claro, eso se debe a que una gran tormenta ha visitado nuestro viejo pueblo, dudo mucho que algún alumno venga, empapado entro al aula, y al hacerlo me llevo una gran sorpresa, seis alumnos asistieron el día de hoy: Vera, Sanchez, West, Johnson, Rodríguez y Emilia, vale veremos que tal sale esta pequeña clase.

—Jóvenes, siendo honesto, me sorprende verlos.

—A mi también profe -concuerda una no muy contenta Sánchez- pero mi compañero prefirió que acompañaramos -acusa con la mirada a Vera- a nuestra bella Emi.

—¡Oye! Tú dijiste que querías venir. -se defiende Vera.

—¿No querían venir? -habla por lo bajo Emilia.

—Si pero lo dije porqué.. -intenta hablar Sánchez pero los interrumpo.

—Honestamente pensé que no tendría a ningún alumno el día de hoy, pero aprovechando que no habrá distracciones y que somos pocos terminaremos la tarea de la clase pasada, así que saquen sus reflexiones del libro que les mandé a leer.

—Si profesor. -mis pocos alumnos asienten y sacan su reflexión y me la entregan.

—Perfecto. Las corregire en lo que trascurre la clase de hoy. Hablaremos de la vida de nuestro autor Vladimir Nabokov y quiero escucharlos, quiero saber que piensan de este gran tesoro literario ¿de acuerdo?

Sin más asienten y comenzamos nuestra clase.

Pasa al rededor de una hora, ya terminando la biografía del criticado autor Nabokov, y leídas todas sus críticas entrego a cada uno su trabajo.

—Muy bien. -todos me miran-. Cómo dije en un principio todas sus opiniones están bien, ¿porqué? Porqué está bien pensar diferente, y leyendo sus críticas vi cuán diferente e igual piensan respecto a esta obra literaria. Ahora, quiero que me expliquen por qué escribieron eso, no quiero que repitan sus palabras, quiero escuchar lo que piensan del libro y del autor, sin filtros.

Mis alumnos asienten y se miran entre sí.

—Bien. Comenzemos con usted joven Vera.

—Sin filtros. -repite mi querido alumno-. Okey, pienso que Humbert era un pedófilo en todo el sentido de la palabra, un viejo verde que se excitaba con una pobre niña indefensa. Honestamente, la obra literaria apreciada por muchos me pareció una basura. Bien escrita lo admito, pero aburrida, inmoral, y contando la historia de una pobre niña que pasó a ser su "amor" durante mucho tiempo. En otras palabras; no la recomendaría y es un asco.

—¿Alguien quiere agregar algo al punto de vista de su compañero?

—Si, yo Profesor -habla Sánchez-. Mucho de lo que dijo Johan es cierto y lo considero mucho en mi reflexión del libro, honestamente es un libro, aburrido, inmoral, y asqueroso. Desde que el la besa, hasta todo lo contado en este, recalcó lo que dijo mi compañero, es un libro bien escrito, pero no me gusta.

—Rodríguez. -mi alumno nombrado levanta su mirada y se tensa- su opinión respecto al libro y su autor.

—¿Honestamente? -pregunta mientras se acomoda sus lentes, sin más asiento- concuerdo con mis compañeros en que Lolita es un libro perfectamente redactado, sin embargo, creo que es una vil fachada de la perversa vida del queridísimo autor Nabokov.

—¿Que insinúa Rodríguez? -tanto Rodríguez como yo somos interrumpidos por Johnson.

—No insinua nada Profesor, es la verdad, leí uno que otro libro del autor, y no hay que ser adivina para ver su perversidad reflejada en este libro. El tipo vestía a sus personajes de si mismo.

—Bien, West.

—¿Qué pienso yo de Lolita?, bueno como dicen mis compañeros: un libro muy bien escrito, con muy buenos párrafos y narraciones, en otras palabras un muy buen libro en lo que refiere a la literatura. Fuera de eso, no me llamó la atención y al leerlo me pareció espantosa la obsesión de Humbert con Dolly, osea ¡es un hombre de cuarenta años!

Juro por dios que estuve a punto de reírme en su cara, pero alguien más me gana, Emilia.

—¿Qué es tan gracioso? -gruñe West.

—Que te escandalices sobre la edad, ¿acaso tú no intentabas lo mismo? En fin, yo pienso totalmente diferente. ¿Porqué el escándalo?

—¡Dolly tenía doce años! -se escandaliza West.

—¿Y? ¿Quien dice que esta mal? ¿La sociedad? ¿La hipócrita moral? Por qué te recuerdo que Nabokov nos contaba cuán bien estaba anteriormente casar a una niña a los quince años ¿qué diferencia hay? Una niña era obligada a casarse y dime tú ¿se es lo suficientemente madura a los quince años como para casarse y tener que ser la típica ama de casa? Pues no verdad, sin duda alguna nuestro querido Nabokov supo sacar a la luz la hipócrita moral que todos admiran, y los expuso de la mejor manera: en un libro.

—Eso es diferente. -trata de argumentar West.

—¿Diferente cómo Hanna? ¿Cómo? Además, el libro solo habla desde la perspectiva de Humbert, muestra su remordimiento al sentirse atraído por una niña, muestra su admiración hacia esta, y muestra su locura por ella, no muestra el de Lolita, no sabemos lo que ella piensa, lo que ella siente respecto a su querido profesor. Sólo podemos apreciar a un hombre que se enamora perdidamente de una niña y ¿quién lo juzga? Es algo común. Tan común como tu obsesión con Camacho, ¿acaso tú no haces lo mismo que Humbert? ¿Acaso tú no estás detrás de él? ¿Acaso tú no utilizaste sustancias como humbert? En fin, la hipocresía en todo su esplendor.

¿Puedo ser el primero en decir WOW?

Esa sin duda alguna no era la Emilia de siempre, y con toda la certeza puedo decirles que he quedado boquiabierto y fascinado, muy fascinado.

—Okey, como dije en un principio, diferentes e iguales opiniones, todo está bien, consideren aprobado su semestre, y en especial usted señorita Smith: que se ha puesto en la piel de Humbert y ha leído el libro desde su perspectiva.

Emilia sonríe desde su asiento y yo igual desde mi escritorio, claro está sus compañeros la miran boquiabiertos.

—Es todo por hoy jóvenes. Los veo en la siguiente clase, y que tengan un buen martes.

Lᴀ Fᴀᴠᴏʀɪᴛᴀ Dᴇʟ Pʀᴏғᴇsᴏʀ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora