I will protect you for infinity. 1/2

788 47 0
                                    


C

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

C

omisaría del Sur, Los Santos City. 24 de Marzo del XXXX. 3:47 PM.

—¿¡Donde coño está el superintendente Conway!?— Entró Volkov furico a comisaría, con su ceño fruncido y sus palabras trasbocando disgusto a todo momento. Los pasos agigantados en los que se dirigía al despacho alarmaban aún más a los alumnos y los hacían temblar. Todos estaban nerviosos, pero la desaparición del superintendente Conway era algo que los nuevos alumnos jamás habían vivido, no sabían cómo reaccionar a la pérdida del mayor rango en comisaría, era algo desesperante y frustrante para muchos. Si le habían secuestrado a él ¿Cómo se salvarían ellos? Ellos que eran tan inexpertos, nuevos e ingenuos en ese mundo de balas, manipulaciones, mentiras, asesinatos y sangre fría.

—¿Qué cojones paso? ¿¡Qué cojones paso, Greco!?— Viktor estaba en un código tres cuando todo había sucedido y derrepente el QQR resonó en toda la radio. En ese entonces sus pensamientos dejaron de funcionar, solo tenía tiempo para pensar en el amor de su vida, solo podía pensar en salvar a ese hombre que desde que llegó a Los Santos había sido su salvavidas, ese flotador que le había dado la mano para no ahogarse en un océano de tiburones y peces que querían devorarlo, destrozarlo. Que quería comerselo vivo.

—¡No se coño! ¡Conway desapareció! ¡Lo único que se ve en las cámaras es a él, subiéndose al coche de un desconocido! Es una puta furgoneta negra, blindada, vidrios tintados de negro y no se ve nada ¡No le están apuntando con nada! ¡Solo se sube en el puto coche!— Contesta un exasperado Rodríguez mientras cierto ruso se pierde en sus pensamientos. Jack jamás les dejaría así, él no haría eso por su propia voluntad. Él le había prometido no dejarlo, le había prometido cuidarlo por siempre.

—Algo aquí no cuadra, necesito ver las cámaras de seguridad. Él no puede irse de esa manera. Conway no es así, él no es así.— Se rehusaba a creer eso. Ambos comisarios revisan las cámaras de seguridad desde ese despacho que a Volkov le traía mil recuerdos.

Las horas pasaban, ellos seguían ahí junto con tres o cuatro detectives que intentaban resolver el caso, no había nada que les diese un solo indicio de dónde podría estar el superintendente. La furgoneta parecía desaparecer de la faz de la tierra. No se dejaba avistar en ninguna otra cámara aparte de la del parqueadero de comisaría. Es como si quisieran que se creyera que él había decidido irse por su propia voluntad.

—Viktor... No tiene sentido luchar por algo que apunta a lo que es obvio. Conway se cansó de seguir aquí, de tener que lidiar con "una panda de gilipollas."— La mano del barbudo robusto se posó en su hombro izquierdo como si quisiese consolarlo. Volkov se veía tan destrozado que incluso Rodríguez podía notarlo con facilidad. —Es simple, huyó.— Esas palabras le afectaron más de lo que habría querido admitir. Aquel que había tenido como figura al ser tan valiente, al jamás dejarse amedrentar por las miles de amenazas que recibía a diario era el centro de su admiración, esa valentía, ese coraje, ese egocentrismo que a otros les asqueaba a Viktor solo le sorprendía y le hacía envidiarle porque él jamás podría tener tal seguridad sobre sí mismo. Ni en sus jodidos sueños lo haría.

Volkway - OneShots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora