"𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒕𝒘𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒆𝒅 𝒔𝒐𝒖𝒍𝒔 𝒎𝒆𝒆𝒕, 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒊𝒔 𝒇𝒆𝒍𝒕 𝒐𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒂𝒊𝒓."
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One-shots en los que se evidencia una relación Conway × Volkov porque, hay muy pocas historias para este ship tan hermoso.
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El día de ayer había pasado por la experiencia que él consideró más dolorosa en toda su vida. Perder esa persona que amabas con todo tu corazón era sentir como tu alma se consumía poco a poco, sentir como se desgarraba por pedazos. Sintió lo que era que su mundo se derrumbase por pedazos, sintió su alma separarse de su cuerpo y un dolor descomunal que jamás había conocido tiempo atrás. Aquel sentir inexplicable que tenía dentro de lo más profundo de su ser, destrozándolo y comiéndoselo por dentro era lo mas inhumano que había conocido durante toda su vida. Prefería mil veces ser sometido a torturas físicas durante meses completos, a que su piel fuera retirada a trozos con un cuchillo que caer en ese pozo en el que ya se hallaba. No veía la luz, no veía un brillo en su vida, sus orbes habían perdido ese reflejo alegre, dichoso y que relucía solo por el principal motivo de su vida: Jack Conway.
Ese hombre que tanto lo deslumbró con su forma de ser, que lo atrajo así mismo cual imán uniendo dos polos opuestos. El superintendente era todo lo necesario para que el bote con agujeros que era Viktor Volkov se mantuviera a flote.
Su mirada vacía se fijo en algún punto de la habitación, sus manos cayeron a los laterales de su cuerpo después de haberse hecho cortes con sus propias uñas, dañando su piel solo para tratar de hacer que la herida que tenía su corazón dejase de doler. Pensando ilusamente que con el daño físico su alma dejaría de pedir a plegarías que Jack volviese.
Desconcertado con lo que estaba sucediendo se alejó de cada persona que consideraba importante en su vida. El desconsuelo era tan grande que a todos les dijo estar bien, todos confiando en esa sonrisa desbordante que irradiaba esa misma felicidad que por dentro era inexistente, más y más puñales enterrándose en lo más profundo de su ser, generando un caos que llevó consigo el resurgimiento de la depresión que durante tantos años cargó encima, volviendo cual viento furico a su vida, llevándose por encima todos los pilares que había construido en esos meses como un huracán enfurecido.
Volkov decía estar bien mientras estaba muriendo por dentro.
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"Lamentamos comunicar el fallecimiento del superintendente Jack Conway" Fue todo lo que leyó antes de tirar su celular a un lugar desconocido en la habitación en la que se encontraba. El latir de su corazón era tan lento, tanto que en algún momento amenazó con detenerse.
