"𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒕𝒘𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒆𝒅 𝒔𝒐𝒖𝒍𝒔 𝒎𝒆𝒆𝒕, 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒊𝒔 𝒇𝒆𝒍𝒕 𝒐𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒂𝒊𝒓."
[•••]
One-shots en los que se evidencia una relación Conway × Volkov porque, hay muy pocas historias para este ship tan hermoso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jack Conway creció en un mundo que parecía de putos locos, asesinatos, agresiones sin sentido, violaciones y atracos eran algo que se veían día a día en Los Santos, llevaba toda su vida ahí pues después de lo sucedido con su esposa juró proteger a todas las personas que se le permitiera.
Aún recuerda como con diez años su abuela le contaba la fantástica historia de los "Tinys" que supuestamente eran una pequeña representación miniatura de su alma gemela, jamás le describió exactamente como se presentaba, solo sabía que a determinada edad aquella fantasía se presentaría en su vida pero vamos, solo era un cuento más que le contaban a los niños para dormir.
Lo pudo confirmar cuando a sus dieciocho años no llego absolutamente nada, ni un indicio, ni una señal, ni una puta pista y aunque sonase cruel, la vida no era una puta historia fantástica como la que le hacía creer su abuela.
¿O quizá sí?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
–¿Que coño?– Preguntó exaltado al ver una caja de colores neutros en la entrada de su departamento. Ya estaba muy viejo para ese tipo de jueguecitos y más aún si la puta caja le aparecía de la nada, le terminaría dando un puto infarto. ¡El marcapasos, cojones!
Con precaución acercó el dorso de su mano hacia la madera fina de la que estaba compuesta aquel extraño objeto del que desconocía su procedencia. Cual gato intentando acechar a su presa quitó la tapa de la caja y descubrió algo que jamás pensó ver en su vida.
–¿Que mierda es eso, tío?– Murmuró para si mismo mientras tomaba entre sus manos esa diminuta criatura, su tamaño superaba con carezas a sus dos manos juntas y cuando finalmente la alzó pudo notar como esa cosa de cabellos blancos empezaba a sobar sus ojos con sus manos. Era idéntico a un humano pero en versión miniatura.
–¿Hmmm?– Escuchó ¿Acaso esa mierda hablaba?
–Hostia puta, que encima la cosa esta habla pero ¿Estamos locos o qué?– Por su comodidad se adentro en su piso y dejó a esa hada o lo que fuera que fuese en su mesa mientras se quitaba sus zapatos, corbata y pistoleras.
