Prólogo.
Dicen que el amor está a la vuelta de la esquina, bueno eso es algo que la ilusa Emma Colombo de dieciocho años creería sin cuestionarse ni una sola palabra de dicha oración.
Mi historia comenzó mucho antes de lo que yo esperaba, mucho antes de lo que imagine en toda mi vida. ¿Conocen esas historias en donde hay muchas idas y venidas? Esta tal vez no es una de ellas, pero si es de esas historias en la que el tiempo pasa, en la que todo se presenta de formas misteriosas y el destino realiza jugadas que pueden hacer que te cuestiones si realmente estas tomando las decisiones correctas.
No es fácil ser una adolescente enamoradiza, cuyo sueño es ser la protagonista de alguna tonta película romántica.
Tal vez era por eso que nadie me tomaba en serio en la preparatoria, a decir verdad no recuerdo mi experiencia allí como algo muy grato. Pero para serles sincera no quiero conversar sobre eso.
Primero que nada tengo que comenzar presentándome, mi nombre es Emma Colombo y actualmente tengo dieciocho años. Tengo el cabello de color negro, ni muy corto ni muy largo y ojos de color ¿amarillo?¿miel?¿marrón claro? Bueno no tiene importancia.
Nací el 15 de Febrero del año 2003 en Buenos Aires, Argentina. Sin embargo, no viví casi nada allí. Actualmente vivo en California, más específicamente en las afueras de la ciudad de Los Olivos.
Mi padre, Pedro Colombo, es argentino y mi madre, Justine Brown , es bailarina. Cuando ella tenía tan solo veinticinco años viajo a Buenos aires con la intención de aprender a bailar tango de manera profesional y ¿Qué mejor manera de aprender que en la cuna de esa bella danza? Digamos que entre ellos hubo amor a primera vista, pura química y unos meses más tarde nació una pequeña Emma, se casaron y vinieron a vivir a California.
Actualmente me encuentro a un bus de uno de los sueños más importantes de mi vida: Formar parte de la prestigiosa universidad de Stanford. Mi madre se graduó allí, y en ese mismo lugar conoció a su mejor amiga, Helena Miller.
Todo se dio en una clase de Historia del arte, tenían que hacer un trabajo en grupo y dio la casualidad de que Helena se sentó a su lado, al principio no se llevaban tan bien, por lo que me contaron cuando yo era una niña. Pero con el correr de las semanas se volvieron inseparables y desde ese entonces han sido muy amigas, casi como hermanas.
¿Y por qué les hablo de Helena? Porque en este momento me encuentro viajando a San Francisco, en donde esta mujer tuvo la amabilidad de invitarme a su hogar para hospedarme para que yo pueda estudiar en Stanford sin tener que viajar cuatro horas por día, porque para quienes no saben, Los Olivos está a doscientas sesenta y cuatro millas de la universidad de mis sueños.
Esta es la parte donde creen que tengo mucho dinero por poder ser parte de una universidad tan prestigiosa como Stanford , pero no. Estoy viajando gracias a una beca que, debo agregar me costó todo un año de esfuerzos conseguir.
No fue para nada fácil adquirirla, ya que tuve que hacer muchos papeleos, exámenes en inglés y algunos en francés, tuve que hacer también un examen SAT y sacar más de 1390 puntos, por suerte lo logre y tengo todo el derecho a presumir que logre sacar 1391 puntos.
Así como suena de complejo lo es, ya que es un examen donde no se evalúan los conocimientos adquiridos en la escuela secundaria, sino que evalúan tu futura capacidad de aprendizaje, es decir tu forma de razonar por así decirlo.
Y no solo eso, sino que tuve que terminar la preparatoria con un promedio de 9/10 sumado a varias cartas de recomendación de mis profesores. Fue muy duro, pero no imposible. A demás de que presente papeles de que mi madre es una ex alumna de la universidad que se graduó con honores, aunque no parezca esos papeles son importantes para ellos, viven de su orgullo y mi madre es uno de los máximos. En fin ¡conseguí mi beca en Biología!
ESTÁS LEYENDO
Vivir contigo .
RomanceDicen que el amor está a la vuelta de la esquina, bueno eso es algo que la ilusa Emma Colombo de dieciocho años creería sin cuestionarse ni una sola palabra de dicha oración. Mi historia comenzó mucho antes de lo que yo esperaba, mucho antes de lo q...