Hermoso Ángel

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Hacía muchísimo calor, Levi había abierto la ventana y encendido el ventilador, habíamos pasado la mayor parte del día en mi habitación viendo películas y platicando sobre lo que habíamos hecho los últimos años, yo me reía de las anécdotas graciosas que me contaba y en la mayoría de ellas Hanji salía a colación -debe ser divertido estar en el mismo salón con ella-  dije -y lo es, está algo loca, pero es una gran chica, además es súper inteligente, nunca pondría en duda alguna cosa que ella piense, es muy raro que falle- dijo Levi, se notaba que la quería mucho y también a Erwin, suspiré cerrando los ojos -¿qué sucede?- se apresuró él -nada, es que hace muchísimo calor- él se puso de pie y me tomó en brazos – será mejor que escojas algo para que no ocurra lo de la última vez- me dijo sentándome en frente de mi guarda ropa, yo lo miré sin entender -vamos a mi casa, te caerá bien nadar un rato, además te servirá como terapia para tu pie- sus ojos estaban serenos, yo sonreí -te dejare sola para que te cambies-.

Tardé algunos minutos en decidirme, la vez que nadamos en el lago no me detuve a pensar en nada y me fui a lo loco, ahora estaba más consciente en si quería que él me viera en bikini de dos piezas o de una y al último opté por uno de una pieza que mostraba la espalda por completo, me puse unos shorts y unos Converse y recogí mi cabello en una cola de caballo alta, Levi tocó a mi puerta -¿Estás lista?- preguntó desde afuera -claro, ya puedes pasar- me miró unos segundos y una leve sonrisa se asomó en su rostro, me cargó en su espalda y partimos hacia su casa -bueno día joven Ackerman, buen día, señorita- saludó un señor de unos 70 años, estaba sentado en una banca afuera de la casa vecina -buen día, Señor Hoffman- lo saludo Levi -buenos días- saludé yo por educación -ese señor vive solo en esa casa, enviudó hace dos años, sus hijos casi no lo visitan, de hecho, solo uno de sus nietos lo visita cada fin de semana y en vacaciones, luego los presento, parece que ha llegado- me explicó Levi en voz baja, volteé y vi a un niño de no más de 12 años bajar de un hermoso auto y correr hacia él anciano quien lo recibió con júbilo.

 -Ahora regreso- Levi me había dejado sentada en un camastro y había abierto una enorme sombrilla, dejé mi celular en una mesita que estaba al lado y me percaté de que habían botellas de diferentes protectores solares, aproveché para mandarle un mensaje a Sasha y disculparme por no haberle llamado, ella contestó de inmediato

“Tranquila, sé que ya sabes quién está ocupando todo tu tiempo 😉”

“te llamo en la noche y te cuento todo, de verdad, ésta vez lo haré, te lo juro, Sasha”

“ok, pero tranquila, si no me llamas antes de las 12 daré por entendido que estás con él, tranquila, te quiero mucho!!”

“yo te quiero más, hasta la noche!”

Después de unos minutos Levi regresó usando unos shorts deportivos y sandalias, yo me quedé embobada pues no llevaba camisa, lo observé como una loca mientras ponía una pequeña hielera sobre la mesita -la cerveza es para mí, tú estás tomando medicamentos- me dijo con dulzura sacándome de mi embelesamiento -ok- contesté en automático para que no me atrapara -te traje jugos y refrescos y el café helado embotellado que tanto te gusta- dijo ofreciéndome una botella de cristal, no pude evitar sonreír -nunca olvidas nada- dije casi susurrando, él se sonrojo ligeramente y yo me morí de ternura.

Parecía que todos tenían a Levi por alguien serio, que casi nunca se ríe, que casi nunca sonríe, esa coraza era fácil de creer pues él no era de los chicos que pasan desapercibidos, él era guapo, sí, guapísimo, pero su expresión seria, su porte gallardo y su voz siempre imponían, aún así para mí era Levi, el chico más noble y con el corazón más hermoso del mundo, para mí era Levi, el chico que siempre se preocupaba por mi.

Me puse bloqueador solar para poder acercarme a la piscina y Levi se ofreció a ponerme en la espalda – está bien, no te preocupes- no quería molestarlo demás, ya estaba haciendo demasiado por mí -te puede hacer daño, ni creas que se me olvidó que tu piel es muy sensible- dijo tomando un bloqueador para ponerme en la espalda, se sentó al otro lado y me lo puso lentamente, cerré los ojos al sentir el toque de sus manos, me contuve como pude para no suspirar, sus manos eran tan cálidas, estaba volviéndome loca, las movía con total libertad, estaba causándome tantas emociones y tentaciones y ni cuenta se daba… -ya está- susurró. Me ayudó a sentarme en el borde de la piscina y después él entró, yo estaba jugueteando con mis pies en el agua, se sentía agradable en mi tobillo lastimado, Levi  estaba nadando y sin  que se diera cuenta le tomé una foto y la publiqué como historia en mi Instagram, no se le veía la cara, entonces ningún chismoso de los amigos de Porco  sabría quién era, Levi estaba de espaldas pero su trabajada espalada y brazos lucían impresionantes. Me quité los shorts y los dejé junto con mi celular cerca del camastro, me senté de nuevo en el borde de la piscina y con cuidado entré al agua -¿te sigue lastimando el tobillo cuando caminas?- me preguntó mi amigo cuando se percató de mi presencia en el agua -un poco, creo que el que ni mi padre ni tú me dejen caminar está ayudando mucho- le dije acercándome a él -eso es bueno- susurró.

Ahora y Siempre (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora