Confesiones - Parte I

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Música que no alcanzaba a distinguir me despertó y caí en cuenta de que eran mis padres y Sasha con una guitarra cuando me tallé los ojos y los vi, mi madre sostenía un pastel pequeño con las velas del número diecinueve -¡feliz cumpleaños _____!- gritaron cuando terminaron de cantar el “feliz cumpleaños” -pide un deseo- dijo mi papá, yo cerré los ojos y lo primero en que pensé fue en Levi, soplé las velas y pedí mi deseo, bajamos a desayunar, mi madre había preparado hotcakes con fresas y Nutella, y para acompañarlo, café moka caliente (era nuestra pequeña tradición desde que era niña).

Mientras desayunábamos el teléfono de  casa sonó dos veces, eran mis abuelos y abuelas para felicitarme, de repente mi madre contestó una tercera y se emocionó muchísimo -¡_____ ven rápido, es tu primo, Marco!- hace muchos años que no lo veía y de vez en cuando me llamaba, nunca faltaba su felicitación en mi cumpleaños, se podría decir que era el único con el que me llenaba bien, hablando de mis primos -¡hola, Marco!- dije apenas tomé el teléfono -¡Primita, feliz cumpleaños!, Ya sé que tengo años diciendo que ahora sí voy a ir pero te juro que si voy a ir muy, muy pronto- su voz era tan calmada y alegre, tenía gratos  recuerdos a su lado y era el único de mis familiares con el que Levi se llevaba bien -ay Marco, eso dijiste el año pasado y te fuiste de intercambio a Alemania- le reproché de broma  -si pero bueno, tu solo espera y ya, solo quería felicitarte, no siempre cumples diecinueve, te quiero mucho y te juro que más pronto de lo que piensas te visitaré- dijo muy animado -gracias-, ojalá lo cumplas, te quiero mucho, primo-

Subimos a mi habitación por las mochilas antes de las ocho de la mañana y mi celular sonó, era un mensaje de Levi.

No olvides el vestido.

Sonreí como tonta y bajamos corriendo con Sasha -no, no te la voy a pasar, entiende, déjala en paz- mi padre estaba al teléfono, mi madre me miró preocupada -¿qué sucede?-  ella  negó con  la cabeza -¡qué no, Porco, no te la voy a pasar, pedazo de imbécil!-  mi papá estaba muy enojado y antes de que dijera algo más le quité el teléfono -Galliard, te dije que no quiero verte más, ya no quiero saber nada de ti- dije tranquilamente -_____ perdóname ¿si? Lo de Pieck fue, solo fue un juego ¿si? Perdón, te necesito- dijo desesperado y muy rápido -¿Cómo obtuviste el número de mi casa, infeliz?- pregunté molesta -eso no importa, ya, por favor, vuelve conmigo, si no lo haces, si no lo haces yo, voy a hacer cualquier estupidez y no hablo de matarme y esas mierdas, algo que te duela en serio– puse los ojos en blanco -déjame en paz y ya, no voy a regresar contigo, esto se acabó- Porco gritó furioso y desesperado -es por ese tipo ¿verdad? El tal Ackerman- me quedé helada, él no sabía nada sobre Levi, nunca le había contado nada sobre nuestra niñez, la única que lo sabía era Sasha y también mi primo, Marco, pero él jamás había visto a Porco y Sasha nunca me traicionaría – sé que se conocen, me escondiste cosas, pero ya lo sé todo- dijo fríamente -no me busques jamás, enfermo- dije queriendo llorar de la frustración -¡oye , ya, yo solo quiero estar bien, quiero regresar, entiéndeme!- gritó como loco -¿y qué tengo que entender exactamente, imbécil?-  estaba desesperada, mi papá estaba furioso, Sasha no sabía ni que hacer y mi mamá se tapaba la cara con las manos -¡que te amo, entiende, te amo!- Porco rompió en llanto pero no estaba dispuesta a comprarle el cuento, ya lo había hecho en muchas ocasiones – qué lástima, Galliard, es muy tarde, tengo que irme- le dije sin sentir absolutamente nada -¡No cuelgues, por favor _____! Ten- no lo dejé terminar y le colgué- mi papá se levantó y me abrazó -esa es mi niña- me susurró  y me besó en la frente -voy a quitar el teléfono por algunos días, ese idiota seguirá llamando si no lo hago- dijo, desconectó el aparato y lo puso sobre la nevera.

El timbre sonó y mi  mamá abrió la puerta -buenos días, señora Jansen- saludó -buenos días, hijo, te encargó mucho a mis niñas- dijo mi papá  mientras tomaba su café -pierda cuidado señor, las cuidaré bien- Sasha y yo estábamos terminando de revisar si habíamos empacado nuestros productos de limpieza íntima y ella aprovechó para meter más golosinas a sus mochilas -te quiere mucho- me susurró mi amiga -¿quién?- me hice la tonta, ella me pegó en la cabeza con la mano -pues Levi, ni modo que yo- susurró -ya llegó Levi- mi mamá apareció en la puerta de la cocina y se le quedó viendo a Sasha con una ceja arqueada -señora Jansen, ella me dijo que metiera más cosas- dijo Sasha señalándome, mi mamá soltó la risa -llévate todo lo que quieras, hija- le dijo, cerramos las mochilas y nos dirigimos a la puerta, Levi fue a mi encuentro casi corriendo y me abrazó levantándome del piso -¡feliz cumpleaños ______!-

Ahora y Siempre (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora