capítulo nueve

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Arabella observó al Capitán Levi bajarse de su caballo de forma gallarda, poniéndose en marcha para ir en busca del Comandante. Ella imitó su acción, pero al contrario que el pelinegro, tocó el suelo de forma más pesada y brusca, soltando un suspiro, siguiéndole los pasos de cerca para no perderle de vista.

Eran muy pocas las veces en las que Arabella se encontraba a solas con el Capitán, estando siempre rodeada de sus camaradas o por la Mayor Hange Zoë, no obstante, cada vez que lograba estar cerca de él sin testigos cerca, Arabella no podía evitar prestarle atención extra, curiosa por su forma de ser.

Aquellas hebras negras se mecían de forma constante debido al movimiento de su cuerpo con cada pisada que daba, igualando el ritmo de la capa de la Legión en su espalda.

La falta de cabello en su nuca y costados, era un corte algo extraño para ella, sin embargo, no podía evitar pensar en lo bien que lo lucía.

Aquel cuerpo, que aunque era más bajo y delgado que el del resto de reclutas de la Legión, era ágil de formas que los demás no se imaginaban o esperaban, haciéndole recordar de las veces que lo ha visto en acción, rebanando los cuellos de los titanes, quienes se consideraban la amenaza más grande de la humanidad.

Recordaba la primera vez que le vio luchando con un titán, y en como su cuerpo se movió de forma precisa y segura, cortando la piel de aquel titán que quería comérsela, con una facilidad nunca antes vista en otro.

Era cierto que su mirada fría y peligrosa hacía retroceder a todo aquel que se interpusiera en su camino, no obstante, Arabella ahora sentía que bajo aquella capa de indiferencia había alguien que se preocupaba profundamente por sus camaradas y que gracias a sus habilidades consiguió salvar la vida de muchos en la Legión, incluyendo la de ella en su momento. Es por eso que constantemente parecía luchar contra Hange, quien al contrario que él, llevaba una actitud más despreocupada y liberal.

Su mirada, que estaba fija en el Capitán frente a ella, procedió a recorrer el lugar, más específicamente a sus camaradas, quienes luego de la aparición del titán, parecían subir su guardia, tal vez por ordenes del mismo Comandante. Sin olvidar que se encontraban en terreno peligroso, donde en cualquier oportunidad podría acabar en otra señal de peligro cuando menos se esperara.

El ceño se hizo presente en su rostro al ver como el Capitán pasaba de largo, ignorando la supuesta tienda donde anteriormente se encontraba el Comandante, dictando sus planes a los demás lideres de escuadrón, adentrándose al bosque, por la misma dirección en la que llegó el titán.

Ahora se preguntaba si realmente el Capitán la llevaría donde Erwin o simplemente iba a ignorar su petición. Si la respuesta era la segundo, tendría que buscar otras maneras de conseguir ese permiso que tanto Hange como ella estaban buscando desde hace meses. Una cosa de la que si estaba segura era de que iba a conseguirlo como fuera.

─Arriba ─la voz del Capitán la sacó de los planes que estaba trazando en su mente.

La cabeza de la castaña se alzó a la copa de los arboles, llevando la mano en forma recta sobre su frente tratando de ahuyentar los ligeros rayos del sol que se colaban por entre las ramas.

 Distinguió aquella cabellera rubia, en la parte más alta.

Aquellos ojos azulados, pertenecientes al Comandante de la Legión, dejaron de mirar adelante, para posar su atención en los recién llegados. 

Los brazos del Capitán permanecieron cruzados sobre su pecho, esperando por Erwin, con sus ojos levemente entrecerrados. 

El Comandante hizo uso del equipo de maniobras tridimensionales para bajar de aquel árbol, presentándose frente a los dos con el rostro inexpresivo.

UNSTOPPABLE ━levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora