capítulo diez

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─¡Oh, aquí estás Arabella!

Como si supiera donde se encontraba en todo momento, Hange se acercó a la castaña apenas hizo acto de presencia. Arabella caminó hacia ella lentamente, acompañada de su caballo, quien le seguía el paso con sus pertenencias amarradas. No tenía idea de cuanto tiempo estaría en aquel escuadrón, pero dudaba que fuera un cambio permanente.

─El enano estará satisfecho por ver que haz llegado antes de la hora acordada. Ya sabes que tiene un humor especial ─comentó.

En realidad ella no lo sabía. No sabía nada del Capitán Levi aparte de sus increíbles habilidades de lucha. Era cierto que durante el tiempo que llevaba en la Legión le había visto constantemente desde la distancia y sus caminos se cruzaron un par de veces, no obstante, no había tenido la oportunidad de hablarle por más de cinco minutos seguidos. Arabella solo escuchaba los rumores sobre él, a los cuales no les tomaba mucha importancia, queriendo sacar sus conclusiones ella misma y no porque se hablaban de boca en boca. De lo único que podía fiarse era de la manía que tenía el Capitán por la limpieza, algo confirmado por la misma Hange, y siendo fue testigo de aquella verdad al verle limpiar sus cuchillas de forma constante al usarlas contra los titanes.

Arabella caminó en dirección al establo siendo seguida por Hange, quién le siguió el paso comenzando a relatar sus planes para armar su dispositivo de captura. La castaña le escuchó en todo momento, desamarrando su caballo, quitándole las cosas de encima para lograr que descansara.

─¿Necesitas ayuda con eso? ─se ofreció Hange a ayudarle con el bolso descargado.

─Estoy bien, gracias Hange ─ella rechazó la ayuda, sabiendo que podía con ese peso sin problemas.

Se colocó la correa en el hombro para caminar a la salida.

Los pasos de Arabella se detuvieron bruscamente al sentir un aliento cálido en su oído, quién revolvió sus cabellos. Giró su cabeza para ver el hocico negro, perteneciente al caballo del Capitán. Ella casi podía jurar que el animal dio un relincho de felicidad, a lo que sonrió soltando la bolsa, dejándola con delicadeza en el sueño para acercarse a él.

─Hola, amigo. Ha pasado algún tiempo ─acercó su mano al hocico.

El animal agachó la cabeza lentamente, dándole mayor acceso a su melena, ofreciéndole caricias amistosas. La sonrisa de ella no se borró de sus labios, teniendo especial cariño a aquel caballo, que no solo se la llevó para salvar su vida, si no que también fue el único testigo de su dolor privado.

─Ese es el caballo de Levi ─comentó Hange a su lado, viéndola acariciarle con cariño.

─Lo sé ─contestó.

─Nunca ha sido un mal caballo, pero es primera vez que lo veo tan amistoso.

─Somos amigos, ¿no es así? ─le habló ella al animal, agudizando su voz de forma inconsciente.

Una sonrisa se formó en su rostro al recordar a uno de sus compañeros de escuadrón, quien realizó la misma acción hace meses atrás con su propio caballo.

─¿Por qué tu voz cambió?

─No lo sé. Simplemente salió de mí ─respondió Arabella, soltando una pequeña risa.

─Bueno, tenemos que ponernos en marcha. Tengo más cosas que contarte.

Apenas pudo agarrar su bolso nuevamente antes de que Hange colocara su brazo sobre sus hombros de una forma que era habitual en ella, para guiarla por el camino. 

Caminaron un poco más, acercándose al recinto abandonado. Lugar más cercano a la Muralla Rose, y donde residirían durante el tiempo que durara la captura del titán.

UNSTOPPABLE ━levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora