UNSTOPPABLE ━levi ackerman

capítulo dieciséis

No esperaba tener que llegar a un momento en el que tuviera que presenciar como gente ajena votaba por la vida o muerte de su hermano. Mucho menos que la persona que fuera una de las cosas que en los últimos años se dedicó a matar. Pero aquella era la nueva realidad del presente de Arabella.

Sus ojos se movieron inquietos, observando al resto de soldados ingresar al recinto donde se llevaría a cabo la resolución del destino de Eren.

Ella ya tenía en conocimiento los planes de su hermano que lo llevarían a la Legión de Reconocimiento. Y a partir de esa decisión, los últimos días los pasaba inquieta.

Pero todo eso a lo que tenía miedo, ahora solo el primer peldaño en la montaña de problemas que desde anoche no pararían de alzarse frente a ambos.

Las manos tras su espalda comenzaron a retorcerse, tirando de la piel que sobresalía entre los costados de sus uñas, en un gesto nervioso.

Podía sentir el cuerpo de Heiner a su izquierda, dándole una mirada de preocupación, mientras que a su derecha se posicionó Volker, con quien no había tenido tiempo para ponerse al día por los sucesos que ocurrieron cuando la dejó a solas.

Aunque tampoco tenía mucho que explicar.

Luego de la solicitud del Capitán Levi de mantenerse al margen del asunto durante el juicio, finalizó con la orden de abandonar aquel lugar, manteniéndola alejada de su hermano todavía inconsciente.

Ella acató dicha orden, evitando complicar más las cosas, pero gracias a eso no había podido dormir en toda la noche.

En esos momentos, Arabella ignoró a sus dos compañeros de escuadrón para observar como la sala terminaba de llenarse.

No había señales de Mike, o de Hange, quién la acompañó durante gran parte de la noche, para luego desaparecer a primera hora de la mañana. No obstante, si notó aquel par de rostros.

El rubio de ojos azules se mantuvo con su mirada al frente, evitando el contacto visual con cualquier miembro presente en el sala. Pero a pesar de ser el Comandante, varios par de ojos caían a su lado, donde permanecía el nombrado más fuerte de la humanidad, cuya atención estaba fija en Arabella, como si con solo una mirada fría pudiera recordarle lo dicho el día anterior.

Dicho contacto fue interrumpido por las puertas traseras abriéndose de par en par.

La vista de su hermano ya consciente, fue suficiente para hacerla soltar un suspiro de alivio.

El cabello castaño de Eren había crecido unas pulgadas, desde la última vez que ella pudo echarle un vistazo en las instalaciones donde residía la Tropa de Reclutas. Tampoco dejaba de lado la altura que había ganado dentro de esos años. Físicamente su hermano se asemejaba cada vez más a su padre, y al solo pensar en él, la melancolía la recorrió.

Eren ya no era el pequeño que quedaba completamente oculto tras su espalda cuando se colocaba frente a él para defenderle.

El ruido agudo de las cadenas al chocar y que estaban unidas al par de esposas que envolvían ambas muñecas, lo hacía parecer un criminal.

Arabella inconscientemente dio un paso adelante, necesitando quitarle las esposas e ir en su ayuda. Pero se detuvo al recordar las palabras del Capitán Levi.

"No hagas nada estúpido que pueda poner en peligro la vida de tu hermano".

No confiaba en ninguno de ellos para mantener a Eren a salvo, pero tampoco tenía otra alternativa.

El Comandante Erwin y el Capitán Levi, eran los únicos en la estancia con puestos importantes que no querían la cabeza de Eren lejos de su cuerpo. Y ella iba a aferrarse a eso. Al menos de momento.