Toda historia tiene un principio

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12 de diciembre de 1908

Era una tarde lluviosa en Birmingham, Londres. Polly Gray (de soltera Shelby) de veinticuatro años se había puesto de parto en su propia casa, concretamente en la cocina.

La mujer estaba de ocho meses y esperaba su tercer hijo.

Anna, de cinco años estaba en el salón junto a su hermano Michael de cuatro años y junto a un demasiado nervioso Joseph Gray.

Los niños no entendían por qué su padre no paraba de dar vueltas por todo el salón con las manos temblorosas y por qué su madre gritaba y maldecía al otro lado de la puerta de la cocina.

- Papá, ¿por qué mamá no para de gritar? - preguntó el pequeño Michael, ya preocupado por los gritos de su madre.

- Mike, tu hermanita está a punto de nacer - contestó su padre, intentando tranquilizar a su hijo. Pero, ¿cómo iba a tranquilizar a su hijo, si ni siquiera podía tranquilizarse él?

- ¿Por qué te tiemblan las manos? - preguntó ahora Anna.

- No... - iba a continuar hablando pero un desgarrador grito de lo interrumpió.

A continuación se abrió la puerta de la cocina, dejando salir al doctor de la familia, el doctor Brown.

- Señor Gray, Michael, Anna. Madre e hija se encuentran en perfecto estado de salud. Ya pueden entrar a ver a la nueva integrante de la familia. Enhorabuena - dijo el doctor dándole unas palmadas en el hombro a Joseph. Para después recoger sus cosas e irse.

𝐒𝐎𝐘 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐓𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora