La llegada de YeonJun a la universidad no pasó por alto, los rumores se esparcieron como agua, llenando cada rincón del enorme establecimiento.
Al pequeño pelirrosa no le importaban esos chicos que se lucían lo más irresistibles posibles al verlo pasar por los pasillos o para ir hasta su casillero con tal de llamar algo de su atención. Le causaba gracia pues ninguno, ni uno, le llegaba a los talones a su chico.
Choi Soobin.
Sintió como una chaqueta negra cubría sus hombros, sonrió relamiendóse los labios al saber quién era.
Su plan iba bien.
— Llegas tarde Soobin — la satisfacción de ver al pelinegro molesto conteniendo sus celos hacía las miradas de sus compañeros que aseguraba lo desnudaban con la suya era tan placentera — no hace frío para que me des tu chaqueta — cuando se la bajó rápidamente fue colocada de vuelta.
— Mejor... déjatela.
— ¿Porqué debería Soobinie?
Los ojos de su amigo eran todo lo bueno en el mundo, amaba cada rasgo de ese rostro, ansiaba hundirse en el sabor de esos labios carnosos y sentir la piel acaramelada en la suya. Que esas grandes manos recorrieran cada centímetro de su cuerpo y, de llegar demasiado lejos, deshacerse en ellas.
— Es que...creo que tu piel necesita protección.
— ¿Mi piel?
Soobin asintió lentamente sin ser capaz de moverse lejos de YeonJun, maldición, su amigo se volvió más hermoso de lo que recordaba.
La pubertad hizo bien su trabajo.
Le molestaba tanto porque el cuerpo de su maravilloso amigo ya no era más el de un chiquillo de diecisiete años. Ahora YeonJun tenía el cuerpo más definido y más delineado. Antes las curvas no se le mostraban como ahora, sus caderas no eran demasiado visibles y maldición, su cintura era más delgada y pequeña. El cuerpo de su amigo era el tipo de anatomía que pondría a delirar a cualquier hombre que lo tuviera entre su poder. No dice que YeonJun no era lindo de adolescentes ¡Obviamente lo era! Sólo que ahora, esa belleza etérea que poseía se duplicó por millones.
Necesitaba cuidar de su amigo.
Sólo eso, quería cuidarlo. No hay nada de malo en querer cuidar a tu precioso amigo de los pervertidos de tu universidad ¿Verdad? Por supuesto que no, Soobin sólo era un buen amigo.
— Sí...yo, tengo que ir a mi clase.
Antes de que logrará calmar el bombeo de su corazón y huir cobardemente como siempre en situaciones así. La cálida mano de YeonJun sujetó su muñeca no logrando cerrarla pues la mano del pelirrosa era pequeña en comparación con la suya.
— ¿Tienes miedo de que alguien me toque?
No supo qué responder, no podía pensar pues las manos de su querido amigo se pasearon por todo su pecho hasta lograr voltearlo para quedar cara a cara.
Empezaba a hacer calor.
— Entonces, házme un chupetón.
Soobin quedó totalmente en blanco.
— ¿Qué has dicho?
— Déjame alguna marca — sus mejillas ardieron cuando YeonJun expuso sus clavículas, desabotonado la blusa que traía sin llegar a su pecho pero exponiendo una buena cantidad de su blanca piel — y así, sabrán que ya tengo a alguien. Aunque eso no sea verdad.
Maldecía al fabricante de aquella tela tan delgada y transparente que no dejaba nada por cubrir, de no ser porque YeonJun traía debajo una playera blanca, la figura quedaría a la merced de quién fuera.
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FILLE IDIOTE, IL EST À MOI © ║SooJun║✓
Short Story[HISTORIA CONCLUIDA] |En proceso de correción| Soobin enamorado de su compañera Arin hace todo lo posible por una mirada de ella. Llegando a cambiarse en varios aspectos para obtenerlo. ¿Qué pasa cuando por una manía del destino o casualidad se re...