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Soobin miraba a lo lejos a la chica de sus sueños, riendo con sus amigas de lo que sea en ese momento. Sus mejillas ardieron formando una sonrisa en sus labios cuando la chica de largos cabellos cafés le saludo a lo lejos, su corazón palpito con fuerza correspondiendo el saludo de inmediato.

O eso fue cuando se dió cuenta de que en realidad no lo saludaba a él, más bien al chico a su lado.

— ¿Nos vamos ya? — musitó el pelirrojo ignorando el saludo de la chica, Soobin notó la cara de tristeza a lo lejos de la castaña pero prefirió callar.

— Claro — respondió.

Kang Taehyun, un chico que en la secundaria era el más bajo de los dos hasta entrar a la universidad donde por poco lo alcanza para su suerte aún llevaba cuatro centímetros de ventaja, un alivio. Capitán del equipo de fútbol, callado, reservado y extremadamente frío con quién sea. Cuerpo envidiable, porte perfecto, cara de modelo y mayormente sarcástico.

El chico popular de la universidad, su primo y el chico del que la chica de sus sueños babea perdidamente.

Y él, bueno, tiene salud.

Choi Soobin, un chico introvertido desde siempre con todos, tímido en la mayoría de veces, callado y reservado. A diferencia del pelirrojo no tenía un "cuerpo escultural" aunque el chico le dijese que sí para nada, su altura en sin lugar a dudas el único punto a su favor además de su inteligencia.

No sé consideraba alguien popular, era verdad que recibía una que otra carta pero personalmente las guardaba y si se lo decían directamente las rechazaba apenado.

Muy diferente a su primo que les decía un no sin pizca de amabilidad, sin mirar atrás cuando las chicas caían de rodillas al suelo llorando por su rechazo. Era frío totalmente.

Mientras él era "una bola de azúcar" según Taehyun.

Incrédulo también, era muy fácil de ilusionar por la más mínima cosa insignificante tanto que su corazón terminaba más roto que una taza de vidrio hecha añicos.

— ¿Porqué esa cara?

Soobin deja de pensar para mirar a Taehyun que cerraba su casillero sin mucha importancia tomando sus libros para su siguiente clase.

— Por nada — respondió pero su primo alzó una ceja — No tengo nada Tae, estoy bien.

Oh sí, otro punto a su favor era que podía cambiar su mirada dulce a una intimidante en sólo segundos, transformar su voz tranquila en una más demandante. Una dualidad que se quedó en él por suerte y que con el tiempo supo manejarla mucho mejor.

Algo así como un lobo en piel de conejo.

— Ya tampoco me mires así — levantó las manos en son de paz — Oye...¿ya le dijiste tus sentimientos a Arin?

Se detuvo un segundo y después cerró el casillero sin dirigir la mirada a su primo. ¿Confesarse? ¿A Arin?

Imposible.

— No...— Taehyun hizo una mueca — ¿Porqué?

— Porque ya ha pasado bastante desde que me dijiste que te gustaba ¿Cuándo piensas hacerlo? ¿Esperas que sea tarde y alguien más lo haga?

No, no quería eso pero...

Hay un rival en mi camino que, no me gustaría dañar pero tampoco perder contra él.

Era tan difícil.

— Todavía no me siento preparado para eso Tae, ya sabes cómo soy, quiero que se lo tome enserio y no como un simple juego. — respondió en total seriedad.

El pelirrojo por su parte sólo se encogió de hombros, no entendía muy bien a su primo de cabellos negros que si bien era apuesto, con una cara tallada por mismos dioses junto a ese provocativo cuerpo y con una agilidad impresionante para aprender las cosas rápido, siente que no usa nada para llamar o al menos acercarse a la chica con un simple saludo.

Como si no se diese cuenta de que en realidad muchas morían en silencio por que las mirara tal y como lo hacía con Arin. Un desperdicio según él, el amor es algo complicado de sobrellevar si no sabes ni por dónde empezar. A veces ni siquiera por el inicio pero bueno.

Cosas del corazón ¿no?

— ¿Y cuándo te animas al menos a decirle un hola? ¿En cien años más?

— Deja ya de hablar de eso Taehyun, no quiero pensar en ello — la voz de Soobin sonó más seria de lo habitual una señal clara de próximo enojo, si no quería ganarse un puñetazo sería mejor cerrar la boca.

— Debes de ser menos inseguro Soo, si no, alguien más te quitará tu oportunidad.

Soobin se detuvo en seco.

— ¿Y quién? ¿Tú?

— ¿Yo? Que dices estúpido, ella no es lo que busco, ni siquiera busco una relación romántica en este momento — suspiro en cuanto Soobin lo miro arqueando una ceja — Ya olvidemos el tema, mejor, armemos un plan para que la invites a salir, una cita ¿te parece?

— ¿Una cita? Ya te dije que no estoy preparado mentalmente para eso, la verdad no creo estarlo nunca — musitó en cierto tono decaído pero era cierto, sus manos sudaban y su torpeza aumentaba en cien en cuanto la castaña sólo le mostraba una sonrisa a lo lejos, no quería imaginar cómo sería si estuvieran ellos dos solos en una cita.

Seguro haría tremendo show.

— Quizá si cambio...— ¿Estaría bien?

— ¿Dijiste algo? — Soobin miró a su lado al pelirrojo y negó enseguida.

Tal vez si lo hacía, gane un poquito de confianza y pueda ser capaz de al menos entamblar unas cuantas palabras sin tartamudear. Más adelante, quizás incluso, tomé agallas y le confiese sus sentimientos.

Lo que pase primero.

Porque Arin es ahora, su gran perdición.

Primer capítulo, nos leemos ♡

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Primer capítulo, nos leemos ♡.

FILLE IDIOTE, IL EST À MOI © ║SooJun║✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora