Capítulo 5: Escuchando a Alex Parte III

67 27 67
                                    

Pasados unos meses fue que conocí a la siguiente persona que me marcaría el alma de por vida...Abril, conocí a este hermoso ser cuando Clark nos realizó un examen de asignación para poder clasificarnos en el área que más nos interesara y así recibir tutorías relacionadas con la profesión que deseáramos estudiar en un futuro.

Para mi suerte coincidimos en la capacitación de higiene y salud comunitaria. Terminamos en ese grupo Abril, Ainhoa y yo.

Cuando conocí a Abril, me cayó como una patada en el trasero, porque no nos conocíamos de ningún momento atrás y ella era en pocas palabras todo lo opuesto a mí. Lo único que nos unía era el enorme deseo por competir en la clase de literatura, pues a ambas nos encantaba la lectura.

Conforme la conocía me agradaba más, hasta convertirse en mi mejor amiga. Era como si ella fuese el rayo brillante en una tormenta y yo el trueno que dejaba eco a su llegada.

Abril tenía esa gentil sonrisa que muy pocas personas en el mundo pueden brindarte, tenía la tez color vainilla, pecas en todo el rostro, el cabello rizado y muy negro, el cual solía peinar en una trenza o coletas, una de las cosas que distinguía a Abril era su gran timidez, pero era demasiado brillante con los estudios.

Me inspiraba a querer confiar en la gente, era demasiado diferente a todas las demás personas que había conocido en toda mi vida y se había convertido en alguien muy especial para mí.

Así que me propuse ayudarla a que poco tomase mayor confianza de sí misma y de lo que hacía, sentía que se lo debía por haberme traído nuevamente el deseo de querer confiar plenamente en alguien.

Llegó a conocer lo más profundo de mi ser, los secretos que nunca nadie hubiese imaginado de mí, sabía de mi familia y cada detalle que había vivido con ella desde mi infancia. Abril había llegado a mi vida para abrir nuevamente mis más ocultos sentimientos.

Desde que ella era mi amiga jamás volví a sentirme sola.

Pero todo esto también trajo consigo que más personas quisieran acercarse a mí, algunos porque la conocían a ella y otros más porque querían conocerme a mí. 

Pensaba que quizás nunca antes me habían visto y muy probablemente me veían como un Pokémon al que querían tocar.

Cada vez eran más constantes las visitas que tenía, se había vuelto casi normal que chicos y chicas llegaran a nuestro salón a saludarme, me regalaban algún dulce o bocadillo y otros más se acercaban a nuestra mesa cuando desayunaba con Abril en la cafetería, todo esto habría traído esta clase de "popularidad".

No me daba cuenta del impacto que podía tener en la vida de otras personas ni lo mucho que esto podría afectarme más adelante.

Hasta que una mañana lo conocí a él...

Me cuesta decir este nombre sin pensar en todo el dolor que me causó conocerlo.

Probablemente si tuviera la oportunidad, regresaría el tiempo y evitaría cualquier conversación con él... ¿o no?

Es jueves por la mañana, se me ha hecho bastante tarde por quedarme viendo la pantera rosa mientras esperaba a mi padre, sí, hoy está libre para llevarme al instituto, pero se está demorando en cambiarse.

Estoy sentada en el sofá de la sala, con mi mochila en mis piernas y mi licuado de fresa en mi mano. Volteo constantemente a ver el reloj de mi móvil y después echo un vistazo al ventanal que está al lado mío.

—Ya está amaneciendo papá, ¿seguro que podrás llevarme?—Le informo mientras le doy un gran trago a mi licuado rosado.

—Aún tenemos 25 minutos y yo ya estoy casi listo—Me informa apurado. —Mientras busca las llaves de la camioneta y enciéndela para que el motor vaya calentándose, hoy amaneció helando—Al escucharlo decir esto último me sube el estado de ánimo y corro en busca de las llaves.

BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora